(La Vanguardia/InfoCatólica) «Todos somos iguales. Si el Procicat y el Govern toman medidas pensando en la salud de las personas, todos tenemos que cumplirlas», ha afirmado el jefe del Ejecutivo catalán en una rueda de prensa sobre la situación sanitaria. «Lamento que se hiciera ayer esa ceremonia porque no estaba autorizada por el Procicat. Se ha incumplido la normativa», ha añadido.
Torra ha detallado que corresponde al Departamento de Salud incoar el expediente sancionador en tanto que autoridad competente. Fuentes del Ejecutivo catalán habían señalado ayer a este medio que correspondía al Ayuntamiento de Barcelona «velar por el cumplimiento» de la resolución del Procicat en su término municipal, mientras que al otro lado de la plaza Sant Jaume devolvían el balón a la Generalitat, que es quien no autorizó el acto religioso.
Turistas sí, fieles no
El Procicat comunicó el viernes a última hora al Arzobispado que no podía celebrar el responso por los fallecidos que no tuvieron una sepelio con sus familiares por el confinamiento, y las autoridades del Ejecutivo catalán aseguraron que no acudirían al templo del arquitecto Antoni Gaudí. No obstante, desde la institución eclesial se decidió seguir adelante con la ceremonia y lamentaron que el Gobierno autonómico «presione» para que se reabra la basílica a los turistas y a todos los públicos –este fin de semana fue el primero–, ya que es uno de los principales atractivos de Barcelona y de Catalunya, y que en cambio no se autorice la celebración de la Eucaristía.
Una resolución del 17 de julio limita a diez personas la presencia en los actos religiosos, mientras que para el funeral de ayer se había invitado a 500 personas, con entradas numeradas. Lo que supone un 23% del aforo de la Sagrada Familia. Fuentes del Arzobispado veían «un sinsentido» y «poco lógico» que puedan pasar por el tempo 1.200 turistas, como sucedió el sábado, y que no se pueda celebrar el funeral con todas las medidas de seguridad, a la que se añadió un control de temperatura en los accesos. También ven incoherente que en otros espacios cerrados pequeños como los restaurantes se permita un aforo del 50% y que en un espacio grande, como suelen ser las iglesias, sólo se puedan concentrar 10 personas.
Ante esta situación, el Arzobispado anunció ayer en un duro comunicado previo a la Misa que emprenderá «acciones legales» contra el departamento que dirige Alba Vergés al entender que se vulnera «la libertad religiosa y la libertad de culto» y que sufren «indefensión» con las medidas restrictivas impuestas por el Procicat.
Torra critica a Omella
Sobre ello, el presidente catalán ha sido crítico con el cardenal Juan José Omella, también presidente de la Conferencia Episcopal Española, por que a su juicio «se ha olvidado estos años de los derechos fundamentales de la Constitución y de los derechos humanos, que protegen la libertad de expresión y de concentración». «Me parece muy bien que Omella apele a la libertad de culto religioso, pero lamento que no haya levantado la voz contra eso y contra la represión en Catalunya ni una vez», ha aseverado el jefe del Ejecutivo catalán.
El golpista prófugo también ataca al cardenal
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalidad y huído de la justicia española para no ser juzgado por el golpe de estado secesionista, también puso en la diana al cardenal ayer en una entrevista en TV3 y aseguró que en octubre de 2017, cuando medió con el Gobierno, se comportó «no como un hombre de Iglesia», sino como «un hombre de Estado», algo que considera «inaceptable».
Torra apela a la Teología de la liberación
Torra ha querido lanzar un dardo al Arzobispado al asegurar que él es católico, pero que sus referentes son los teólogos de la liberación. «Mis referentes son Ernesto Cardenal y Pere Casaldàliga. Para mí la Iglesia es la que trabaja para los pobres, los vulnerables y los que están presos», ha concluido.