(Orthodox Time/InfoCatólica) Katerina Sakellaropoulou subrayó que la decisión del gobierno turco aflige profundamente a quienes creen que este símbolo principal del cristianismo pertenece a la humanidad y al patrimonio cultural mundial y aleja a Turquía de los valores del laicismo y los principios de tolerancia y pluralismo.
Esta acción, subrayó, no es un asunto interno de Turquía sino una cuestión más amplia que debe ser condenada explícita e inequívocamente por la comunidad internacional.
La presidenta griega agradeció al Papa sus declaraciones de apoyo y le pidió, a su vez, que utilice toda su influencia para sensibilizar a la opinión pública internacional a fin de que los dirigentes turcos reviertan su decisión y restablezcan el estatuto de Santa Sofía como monumento protegido.
Por su parte, el Papa manifestó estar de acuerdo con las observaciones de Sakellaropoulou, reconoció los motivos políticos de la decisión de Erdogan y prometió continuar sus esfuerzos para revertir la decisión.
El Papa aprovechó la ocasión para elogiar los esfuerzos de Grecia en la recepción de refugiados e inmigrantes, como tuvo la oportunidad de comprobar durante su visita a Lesbos en 2016.
La presidenta helena invitó al Papa Francisco a visitar Grecia en 2021, año en que se celebrará el bicentenario de la Revolución Griega de 1821. El Papa aceptó la invitación, con la esperanza de que las condiciones permitieran que el viaje se llevara a cabo.
Primera mujer que preside la República Helénica
El pasado mes de enero, Katerina Sakellaropoulou se convirtió en la primera mujer en presidir la República Helana. Fue propuesta por el presidente de gobierno del país, Kiriakos Mitsotakis, y respaldada por el Parlamento con 261 votos a favor y 33 abstenciones.
Grecia es una república parlamentaria donde el jefe de Estado es el Presidente de la República, quien es electo por el Parlamento para un periodo de cinco años. De acuerdo a la constitución, el poder ejecutivo está representado por el Presidente de la República y su gabinete.
La enmienda constitucional de 1986 limitó muchas de las tareas del Presidente, y ahora la mayor parte de sus funciones son solo ceremoniales; por lo tanto, la mayor parte del poder político recae en las manos del Primer Ministro (presidente de Gobierno)