(InfoCatólica) Nuevo intento. Un tema sensible y recurrente de Erdogán. En 2018, el Tribunal Supremo de Turquía rechazó la solicitud presentada por la Unión Turca de monumentos históricos para transformarla en una «casa de oración» para los musulmanes.
La basílica bizantina de Hagia Sophia se transformó en una mezquita después de la caída de Constantinopla en 1453, y luego se convirtió en museo en 1935, a instancias de Mustafa Kemal Atatork, primer presidente turco y fundador de la Turquía moderna.
Ochenta y cinco años después Santa Sofía podría dejar de ser un museo para reconvertirse de nuevo en una mezquita. Así iba a decidirlo este jueves el Consejo de Estado o «Danistay», el máximo tribunal administrativo de Turquía, tras un recurso interpuesto por una asociación desconocida que pide derogar el decreto que permitió secularizar el edificio en 1935. Finalmente, la decisión se ha aplazado y deberá tomarse en los próximos quince días. Todo apunta a que si la decisión es favorable, el Gobierno del islamista Recep Tayyip Erdogan impulsará el culto musulmán en la antigua basílica bizantina.
Para el ideario nacionalista-islamista, reconvertir Santa Sofía en un templo musulmán es «el último paso en la reconquista de Estambul», el histórico centro del mundo otomano que, tras la caída del Imperio en 1918 por la intervención europea, dejó de ser capital.
Aunque la polémica sobre Santa Sofía suele recrudecerse cuando el Gobierno islamista necesita movilizar a sus seguidores, se trata de mucho más que un instrumento electoral y refleja una profunda división.
Las otras 'Santa Sofías'
El Gobierno de Erdogan ya transformó en 2011 en mezquita la iglesia bizantina de Santa Sofía de Iznik, la antigua Nicea, que llevaba siglos en ruinas y había sido restaurada como museo en 1935.
Habría que ver cómo conciliar el rezo islámico con los mosaicos cristianos cuando el islam prohíbe tener imágenes en un templo
Y en 2013 le llegó el turno a Santa Sofía de Trebisonda, una iglesia del siglo XIII que funcionó como mezquita hasta 1964, cuando se descubrieron y restauraron sus frescos cristianos, motivo por el que fue declarada museo también.
Hoy, su nave central está cerrada al turismo y abierta al culto, cubierta de alfombras y rodeada de baldaquines. Así, los poco fieles no ven los frescos que sí pueden contemplar los turistas -la mayoría turcos- desde las naves laterales. Se está proponiendo algo similar en Estambul: plantar una gran carpa en el interior, solo para los rezos del viernes, algún tipo de compromiso.
Oposición del Patriarcado de Constantinopla
Según informa AsiaNews, la eventual conversión de Santa Sofía en mezquita será motivo para provocar una reacción negativa de los cristianos del mundo contra el islam. Lo declaró ayer el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, en ocasión de la celebración de la misa por la festividad de los santos Apóstoles, Pedro y Pablo.
Las palabras del Patriarca llegaron en la vigilia del pronunciamiento de la Corte turca sobre la conversión de Santa Sofía en mezquita, un acto pedido por el presidente turco Tayyip Erdogan y repetidamente y clamorosamente proclamado por varios ministros.
La sacralidad de Santa Sofía constituye, continuó Bartolomé, el centro vital, donde se encuentran occidente y oriente, por lo cual su conversión en mezquita será causa de ruptura entre estos dos mundos. Es absurdo, agregó el patriarca ecuménico, que Santa Sofía, punto de encuentro y admiración entre estos dos mundos sea causa de enfrentamiento entre ellos, justo en el Siglo XXI. Porque Santa Sofía no pertenece solamente a quien la posee, sino a toda la humanidad. Y toca al pueblo turco la gran responsabilidad y el gran honor, concluyó Bartolomé, de hacer surgir la universalidad de este histórico monumento. Porque Santa Sofía como museo constituye un punto de encuentro, de diálogo, de solidaridad y de comprensión entre estos dos mundos.
Con estas sus declaraciones, que siguen aquellas hechas la semana pasado en el Washington Post, se afirmaba que no se entendían las tomas de posición de Tayyip Erdogan, el patriarca, como se comenta también en los ambientes diplomáticos, se apeló a la conciencia civil y a la magnanimidad del pueblo turco, en este momento histórico.
Al final, vista también la tensión geopolítica, se espera en un camino de compromiso sabio, como vía de salida. Por otro lado el mismo Erdogan, cuando en 2013 el entonces vicepresidente y hablaba de la conversión de Santa Sofía en mezquita, le recordaba que la famosa azul que está frente a la Basílica Constantiniana está vacía.