(Asia News) En una entrevista que será publicada próximamente en Gong Jiao Bao, semanario diocesano, el purpurado, actual administrador apostólico de la diócesis, afirma que comprende la necesidad de una ley de seguridad, prevista por la Basic Law (la Constitución de Hong Kong). Añade, por otro lado, que la Basic Law garantiza la libertad religiosa y el derecho de las Iglesias a comentar las cuestiones sociales. En vista de ello, la nueva ley no debería comprometer estos derecos.
Al mismo tiempo, el Card. Tong invitó a Beijing y al gobierno local a afrontar y responder a las preocupaciones de la población.
Las palabras del purpurado son las primeras declaraciones oficiales que brinda una autoridad católica. Y aparentemente están en disonancia con las declaraciones efectuadas por miembros de la Comisión Justicia y Paz.
Hace algunos días, un grupo de selares católicos difundieron una declaración expresando temores por la posibilidad de que la libertad religiosa de la comunidad católica de Hong Kong se vea limitada. Además, sugirieron que las relaciones con el Vaticano podrían ser consideradas como una «colusión con fuerzas extranjeras», que la nueva ley condena.
El cardenal Tong explicó que «la Iglesia católica de Hong Kong siempre ha tenido un vínculo directo con el Vaticano, y dicha relación ha de ser considerada como ua cuestión interna [de la Iglesia]... y no como una «colusión con fuerzas extranjeras».
En las últimas semanas, muchas personalidades internacionales y locales se expresaron contra la ley, ya que haría perecer el principio «Un país, dos sistemas», sobre el cual se basa la vida social de Hong Kong.
La posición del cardenal Tong también difiere de la asumida por el cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong. En algunas entrevistas con medios internacionales, Zen afirmó que «estaba preocupado» por la nueva ley, ya que coloca en manos de Beijing la interpretación misma de la norma, y le permite intervenir en la gestión de la justicia en el territorio.
Un sacerdote, que prefirió mantenerse en el anonimato, comentó que «la posición del cardenal Tong es comprensible: la ley de seguridad está prevista por la Basic Law y por tanto, no pueden oponerse a ella. Sin embargo, también es cierto que la Basic Law garantiza los derechos religiosos y la libertad de expresión, que Beijing estaría obligada a respetar».