(InfoCatólica) La sucesión de hechos fue la siguiente. Sonia Vivas, que se define a sí misma como «Policía, denunciante de corrupción, lesbiana ,catalana de izquierdas y feminista. Concejala de Justícia Social, Feminismo y Lgtbi Ayuntamiento de Palma con Podemos», publicó el pasado domingo el siguiente mensaje en la red social de Twitter:
Las ciudades hablan mediante los nombres de sus calles, monumentos y estatuas.Cuentan una historia política de élites y oligarquías.
— Vivas (@SoniaVivasRive3) June 21, 2020
Los habitantes toman la palabra en San Francisco y tiran la estatua de Junípero Serra.En Palma,pacíficamente,debería ser igual pic.twitter.com/JDfCsAJ8Ov
Ayer lunes la estatua apareció con pintadas en las que se acusaba al santo católico de racista.
La concejala no solo no se arrepintió de alentar el ataque contra la imagen del fraile franciscano, sino que arremetió contra un mensaje del partido Ciudadanos que condenaba su provocación:
Lamento que el odio de vuestros socios de la extrema derecha y el daño generan en la sociedad , no os cause tanto malestar como la posibilidad de revisar la historia para narrarla como fue.
— Vivas (@SoniaVivasRive3) June 22, 2020
Demostráis cada día que os importan más las estatuas que las personas https://t.co/3Z6ylZ2Fw0
Ante lo sucedido, la diócesis de Mallorca ha publicado un comunicado en el que a la vez que califica la reacción a la muerte de George Floyd de «movimiento internacional renovado para sanar recuerdos y corregir las injusticias del racismo», lamenta que haya sido por algunos y convertido en un movimiento de violencia, saqueos y vandalismo.
La notia de la diócesis balear, que glosa la figura del fraile franciscano, canonizado por el papa Francisco el 23 de septiembre del 2015, no hace mención alguna a la provocación de la concejala podemita del ayuntamiento de Palma de Mallorca.
Nota de la diócesis de Mallorca:
El Obispado de Mallorca lamenta y condena que un movimiento internacional renovado para sanar recuerdos y corregir las injusticias del racismo haya sido secuestrado por algunos en un movimiento de violencia, saqueos y vandalismo. El destrozo de imágenes de San Junípero Serra en diferentes lugares de Estados Unidos, como el acto vandálico contra la estatua situada en la plaza de San Francisco de Palma, se ha convertido en el último ejemplo.
Toda persona que trabaja por la justicia y la igualdad se une a la indignación de quienes han sido y siguen siendo oprimidos. Es especialmente cierto que los cristianos están llamados a trabajar incansablemente por la dignidad de todos los seres humanos. Esta es la piedra angular de nuestra fe. Durante los últimos 800 años, las diversas órdenes franciscanas han sido ejemplares no solo para servir, sino para identificarse con los pobres y darles su dignidad de hijos de Dios. San Junípero Serra no es una excepción.
El Padre Serra hizo sacrificios heroicos para proteger a los indígenas de California de los conquistadores, especialmente de los soldados. Incluso con la pierna infectada, que le causaba gran dolor, caminó hasta la ciudad de México para obtener facultades especiales de gobierno del virrey de España para disciplinar a los militares que abusaban de los indios. Y luego volvió a California.
San Junípero Serra también les ofreció lo mejor que tenía: el conocimiento y el amor de Jesucristo mediante la educación, la atención sanitaria y la formación en artes agrarias.
Todo ello no quiere negar que se han producido equivocaciones históricas, incluso por parte de gente de buena voluntad, y se necesita curación de recuerdos y reparación. Pero del mismo modo que los errores históricos no se pueden corregir manteniéndolos ocultos, tampoco se pueden justificar reescribiendo la historia. La ira contra la injusticia puede ser una respuesta saludable cuando es una indignación justa que hace avanzar una sociedad. Pero, como enseña el mismo Jesucristo, y San Francisco modeló, el amor y no la rabia es la única respuesta.
En este sentido, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, en nombre de toda la Diócesis, quiere poner de manifiesto su adhesión y apoyo a la comunidad de frailes de la Orden Franciscana Menor de Petra, herederos de San Junípero Serra, así como a las piedras vivas de la comunidad del municipio, que tienen en el Padre Serra un ejemplo de bondad y acercamiento a las culturas. Ante los hechos ocurridos en Estados Unidos, D. Sebastià se ha solidarizado también con los arzobispos de San Francisco, Salvatore Joseph Cordileone y Los Ángeles, José Horacio Gómez, así como con la Orden de Franciscanos Menores, enviando las oportunas cartas de apoyo.