(ACI Prensa) Mons. Mark O`Toole Obispo del sur de Inglaterra, cuya diócesis incluye los condados de Cornwall, Devon y Dorset. Dijo, recordando que sus padres tenían una imagen del Sagrado Corazón de Jesús: «La luz del Sagrado Corazón se quedaba encendida en las noches. Recuerdo especialmente que, cuando era joven, esa luz tenía un brillo tenue que iluminaba la oscuridad cuando volvía a casa».
Los creyentes, continuó diciendo, «creemos que en el Sagrado Corazón de Jesús tenemos nuestro lugar mas seguro. Tenemos que hacer de Él nuestro hogar. Él es aquel que ilumina nuestro camino e ilumina el camino en la oscuridad».
Monseñor explicó que el Sagrado Corazón de Jesús, revela la verdadera naturaleza de Jesús, diciendo «el suyo fue un corazón con el fuego del amor de su Padre y siempre Uno en su corazón con el Padre. Al mismo tiempo el suyo, fue un corazón con el fuego del amor por el mundo y los más necesitados».
«Los evangelios están llenos de relatos sobre la compasión de Jesús y su servicio a los pobres y su amor por aquellos que parecían estar más alejados de Dios», añadió.
Al momento de recordar que en el Reino Unido las Misas públicas siguen suspendidas debido a el COVID-19, el Obispo expreso «anhelamos el día en que los sacramentos sean nuevamente celebrados plenamente en nuestras iglesias y todos tengamos acceso a ellos nuevamente. Acotando que, en los sacramentos lo infinito y lo finito se encuentran. Lo que vemos, tocamos y saboreamos es una cosa. Lo que se nos da -la vida de Dios- es otra».
Mons. O´Toole también hizo el recordatorio de que el día del Sagrado Corazón es una festividad doble pues también se celebra la Jornada Mundial de Oración por la Santificación de los Sacerdotes, establecida por San Juan Pablo II en 2002.
Y continuó diciendo, «Queremos darle gracias a Dios por el Don del sacerdocio y rezar por la santificación de todos. Creemos que el amor misericordioso de Dios que pasa por el Sagrado Corazón de Jesús, nos dió el gran misterio del Sacerdocio». Alentando al clero a profundizar su devoción al Sagrado Corazón.
Explicó que, aunque los sacerdotes son débiles y pecadores y cometen errores como cualquiera y en ocasiones hasta hieren sin querer, necesitan buscar el perdón. «Todo eso lo sabe el Señor y sin embargo sigue llamándonos».
Y finalizó resaltando: «Nos santificamos también con el servicio a los demás siendo para ellos una manifestación del Corazón de Jesús»