(EP) Mons. Julián Barrio ha recordado que estos actos estarán condicionados por las medidas de seguridad que se requieran en ese momento y la evolución de la propia pandemia, aunque su «deseo» es que la ofrenda se pueda hacer en el propio edificio.
El arzobispo se ha comprometido a trabajar para «tener una celebración lo más digna posible», aunque las condiciones estarán totalmente supeditadas a la situación sanitaria en la que se encuentre el territorio.
En todo caso, la Catedral cuenta ya con un presbiterio provisional, un altar que se ha instalado para poder celebrar una misa durante las tardes a partir del mes de julio y recuperar el templo como «punto de referencia» en ese sentido.
El regidor compostelano, Xosé Sánchez Bugallo, ya se había pronunciado sobre la conmemoración del Apóstol, confirmando que habrá una ofrenda y que se mantendrán las fiestas, aunque «adaptadas» a la nueva realidad post COVID-19.
«Por supuestísimo, va a haber ofrenda», mencionó el alcalde a preguntas de los medios hace unas semanas.