(ACN/Fides) Irónicamente, la violencia tiene lugar mientras sigue el debate abierto sobre la nueva Comisión para las Minorías Religiosas, recién creada dentro del gobierno. Actualmente, las ONG locales e internacionales, como Human Rights Watch, lamentan que el gobierno pakistaní ha excluido de la Comisión a la comunidad Ahmadí, considerada como una «secta» del islam sunita, y piden que el organismo sea verdaderamente inclusivo e independiente.
Según informa la Agencia Fides, en los últimos días, el pastor cristiano protestante Haroon Sadiq Cheeda y su familia fueron brutalmente golpeados y obligados a abandonar la zona donde vivían, en la ciudad de Rahim Yar Khan, en la provincia pakistaní de Punjab. En los días anteriores, siete islamistas armados atacaron la «Iglesia de la Trinidad Pentecostal» en la zona de Kala Shah Kaku en el distrito de Sheikhupura, también en Punjab.
El pastor Samuel Hidayat, que dirige el culto en este templo, ha declarado a Fides: «Ha sido un shock escuchar a estos fundamentalistas cantando consignas sobre quemar la iglesia y los cristianos que viven en la colonia circundante. Han roto la pared posterior de la Iglesia, la puerta principal y la cruz en la entrada de la puerta». El pastor Samuel cuenta que el ataque pudo ser frenado por la policía, que detuvo a varios hombres por daños contra un lugar de culto y agresión. Haroon Imran Gill, miembro cristiano de la Asamblea Provincial de Punjab, comenta: «Condenamos este ataque contra la Iglesia y los grupos cristianos. Es triste que los lugares de culto y las minorías religiosas sean atacadas incluso durante este período de bloqueo debido a la epidemia de COVID-19. La policía ha detenido a dos de los atacantes, pedimos justicia».
Atacados un cementerio cristiano y la casa de un político católico
También en Punjab, un cementerio cristiano de 100 años de antigüedad en Khanewal ha sido atacado por radicales que querían apropiarse indebidamente de esa tierra, destruyendo muchas de las tumbas. El cementerio ha podido salvarse gracias a la intervención inmediata de otro miembro cristiano de la asamblea provincial, Ejaz Alam Augustine, quien informa: «Hemos conseguido que la administración haga un muro en todo el perímetro del cementerio para señalar los límites. Los cristianos son ciudadanos como los demás y tienen los mismos derechos y la misma dignidad«.
Otro episodio inquietante es el del abogado católico Khalil Tahir Sindu, miembro de la Asamblea Provincial de Punjab, que desde siempre defiende legalmente y protege a la comunidad cristiana. Su casa en Lahore fue atacada por cuatro hombres armados que dispararon contra las paredes.
Ataques contra hindúes en Sindh
Si la mayor parte de los episodios de violencia contra los cristianos tienen lugar en Punjab, en la provincia de Sindh, al sur de Pakistán, es el epicentro de la violencia hacia los hindúes, una importante minoría religiosa en esta parte del país. Recientemente, algunos musulmanes de Hala, en el distrito de Mitiari, quemaron casas y golpearon a hombres, mujeres y niños hindúes. En otro ataque en la aldea Tadados, 21 casas hindúes fueron incendiadas por islamistas.
Rahat Austin, abogado y activista de derechos humanos, declara a Fides: «Los hindúes viven en Sindh desde hace más de mil años y ahora son tratados como intrusos o seres inferiores. El gobierno necesita medidas concretas para garantizar su protección, además de unas condiciones de vida sostenibles y con todas las libertades». En su manifiesto electoral de 2018, el partido Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI), que ahora gobierna en el país bajo el liderazgo del primer ministro Imran Khan, había prometido comprometerse en la protección y promoción de los derechos de todas las comunidades religiosas en el país.