(InfoBae/InfoCatólica) El cardenal recordó que «hace pocos días el Papa manifestó que algunos gobiernos han tomado medidas ejemplares, con prioridades bien señaladas para defender a la población. Es verdad que estas medidas molestan a quienes están obligados a cumplirlas, pero siempre es para el bien común. Y a la larga, la mayoría de la gente las acepta y se mueve con actitud positiva. Los gobiernos que enfrentan así las crisis muestran la prioridad de sus decisiones; Primero, la gente. Esto es importante porque defender a la gente supone un descalabro económico. Sería triste, dice el Papa, que se optara por lo contrario, lo cual llevaría a la muerte a muchísima gente. Algo así como un genocidio virósico»
Y añadió:
«Contarnos como los que cuidamos la vida como el don más precioso nos enorgullece e identifica con el sacrificio de la generación que dio origen a lo que hoy somos como Nación».
Diversos medios de comuicación han puesto énfasis en el hecho de que el arzobispo de Buenos Aires no aprovechara la alabanza al cuidado de la vida para condenar la intención del gobierno argentino de legalizar el aborto.
El purpurado hizo un llamamiento a la unidad, asegurando que en este tiempo donde «la solidaridad, la hospitalidad y la fraternidad surgen como valores» que identifican a la sociedad, «no debe haber espacio para especular con la necesidad del pueblo. Tampoco hay lugar para llevar al terreno de la ideología, posturas partidistas o intereses sectoriales, ya que se trata de decidir sobre la vida de todos los argentinos; se hace necesario preservar la unidad».
El cardenal primado envió un mensaje especial a los médicos, fuerzas de seguridad y otros trabajadores de rubros esenciales en su homilía porque demostraron en medio de la pandemia una actitud valiente y sacrificada:
«Esto me hace pensar en la certeza de un prócer de Mayo; La Patria, decía Manuel Belgrano, es el sentimiento de libertad que es capaz de convertir en héroes a los ciudadanos más simples».