(CATHOLIC HERALD) La nueva ley que considera a todos los adultos en Inglaterra como posibles donantes de órganos, a no ser que manifiesten lo contrario «socava potencialmente el concepto de donación como un regalo», han dicho los obispos del país.
Una declaración de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales señaló que la Iglesia siempre ha alentado la donación de órganos.
«Sin embargo, un sistema de presunto consentimiento le quita el derecho a la persona a ejercer su decisión», dijo.
Según la nueva ley, que entró en vigencia el 20 de mayo, todo adulto será registrado como donante de órganos de manera automática, quedan excluidos los menores de edad y aquellos adultos que hayan residido en el Reino Unido durante menos de 1 año. Eso sí, también se contempla la posibilidad de que haya quienes no quieran donar sus órganos.
El Servicio Nacional de Salud (NHS), el sistema de salud financiado con fondos públicos del Reino Unido, espera que la nueva ley produzca 700 trasplantes adicionales por año para el 2023.
El sitio web de donación de órganos del NHS insiste en que los órganos de los adultos no se extraerán inmediatamente cuando mueran.
Pese a la nueva ley, «todavía es necesario el consentimiento de la familia para poder recuperar los órganos que se quieran trasplantar», dice, y agrega: «La fe y creencias de la persona siempre se tendrán en cuenta antes de la donación de órganos».
El Centro de Bioética Anscombe en Oxford dijo que el cambio de ley es «lamentable».
Expreso: «la ausencia de consentimiento de cada persona deja lugar a dudas sobre la veracidad de su elección», dijo.
«Si bien el sistema de exclusión voluntaria puede permanecer activo un período posterior a la aprobación de la ley en el Parlamento, será un desafío mantener ese sistema de exclusión para los próximos años».
«La ley puede aumentar la incidencia de situaciones en las que alguien cuyo consentimiento nunca se discutió con su familia y amigos, genere determinaciones difíciles y, por lo tanto, se agrave la angustia de los miembros de la familia».
«También hay pocas evidencias que demuestren que un sistema de exclusión voluntaria por sí solo conduzca a un aumento en la disponibilidad de órganos para trasplante».
Los obispos de Inglaterra y Gales emitieron directrices el miércoles 20 de mayo que explican cómo los católicos pueden registrar su decisión de donación en el Registro de Donación de Órganos del NHS.
El obispo Paul Mason, obispo principal en salud mental, dijo: «Estas directrices brindan información para ayudar a tomar una buena decisión sobre la donación de sus órganos. Es importante hablar de esto con su familia y seres queridos para que conozcan su decisión y puedan honrarla».
«A su vez, se espera que estas directrices permitan conversaciones entre los seres queridos sobre la decisión a tomar cuando llegue el momento».
Señaló que la Autoridad de Tejidos Humanos (HTA), el organismo público que regula la extracción, almacenamiento y uso de órganos, había actualizado su código de prácticas. Dijo que la HTA había fortalecido las directrices relacionadas con la fe y aportó «mayor claridad» al caso en el que una familia se opone a la donación de los órganos de un pariente donde se presume de su consentimiento.
El Obispo Mason escribió recientemente al NHS Blood and Transplant (NHSBT), que supervisa el suministro de sangre, órganos y tejidos dentro del NHS, en relación con la donación de órganos y la pandemia de coronavirus.
En respuesta, NHSBT dijo: «Continuamos ofreciendo a las familias la oportunidad de buscar consejos sobre la donación de órganos con un sacerdote. Nuestras enfermeras especializadas facilitarían esas comunicaciones y, dependiendo de la situación en el hospital, se haría personalmente o por teléfono. Según las políticas de los hospitales locales se decidirá si tales prácticas pueden continuar o no debido a COVID-19».
Agregó que aquellos que dieron positivo para COVID-19 o estuvieron expuestos al virus no serían considerados como donantes de órganos.