(Gaudium Press) Una vez más, evidencias científicas respaldan los relatos de la Sagrada Escritura. En este caso es la historia de José, hijo de Jacob, a quien sus hermanos vendieron como esclavo y que posteriormente se convirtió en un notable administrador y consejero del Faraón de Egipto. El relato de cómo este joven interpretó los sueños del Faraón y por este motivo recibió el encargo de preparar el país para una gran sequía ha sido calificado por algunos como obra de la fantasía. Pero los datos de un análisis del núcleo de hielo del Monte Kilimanjaro prueban lo contrario.
Una grave sequía coincide con el relato bíblico de José
Según investigadores que analizaron las muestras, se identifica una grave sequía hace cerca de 3600 años, informó uCatholic. Esta sequía debió afectar severamente a Egipto, ya que las aguas del Kilimanjaro alimentan el cauce del Nilo. Pero los registros históricos muestran que el imperio egipcio no fue devastado por la sequía. De acuerdo a la Biblia, esto fue debido a la sabiduría de José, que preparó a la nación durante los 7 años anteriores.
Uno de los principales efectos devastadores de la sequía habría sido la desaparición del Lago Moeris, que se alimentaba de los brazos del río Nilo. En algún momento entre el año 1850 a. C. y el 1650 a. C., se construyó un canal que lleva agua al lago de manera independiente a estos brazos. Esta obra mantuvo una fuente de riego para los cultivos en los años de sequía.
No se conoce el autor de dicha obra, pero la tradición local le dio un significativo nombre en árabe: Bahr Yussef. Esta expresión significa el Canal de José. El conocimiento de la Sagrada Escritura que relata el importante papel de José en la superación de esta prueba, nos permite identificar al misterioso arquitecto.
Con información de uCatholic.
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