(Efe/InfoCatólica) El cambio legal, impulsado por el gobierno húngaro, ha sido aprobado gracias a la mayoría absoluta de que dispone el Fidesz, el partido del primer ministro Viktor Orbán.
La ley determina que en los documentos oficiales debe registrarse el sexo biológico, determinado por los cromosomas, y que ese dato no puede ser modificado nunca.
Reacción del lobby LGTBI
Organizaciones europeas de defensa de los derechos de las personas de la comunidad LGBTI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales), como ILGA-Europe y Transgender Europe habían pedido que se retirara la propuesta al entender que aumentará la «discriminación y violencia» que sufren las personas transexuales.
También habían protestado la comisaría de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic; el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, y diversas ONG y partidos de la oposición húngaros.
Las críticas se centran en que la nueva legislación dificultará la vida de mucha gente, que tendrán que explicar las contradicciones entre sus documentos y su identidad pública.
El Gobierno de Orbán afirma que, pese al cambio legal, los transexuales podrán vivir su vida y expresar su identidad tal como lo han hecho hasta ahora.