(LSN/InfoCatólica) El director en funciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, John Barsa, ha enviado al Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, una carta en la que le critica por «colocar cínicamente la provisión de 'servicios de salud sexual y reproductiva' en el mismo nivel de importancia que la inseguridad alimentaria, la atención sanitaria esencial, la malnutrición, la vivienda y la higiene».
Barsa pide a Guterres que elimine las referencias a la «salud sexual y reproductiva» de las políticas de la ONU sobre COVID-19 y que «deje de lado la realización de abortos como un componente esencial de las prioridades de la ONU para responder a la pandemia».
«La ONU no debería utilizar esta crisis como una oportunidad para avanzar en el acceso al aborto como un servicio esencial», advierte Barsa, y condena a Guterres por promover «la distribución generalizada de medicamentos que inducen el aborto y de material médico para abortar».
Barsa dijo que la ONU debería centrarse en «intervenciones para salvar vidas» y en las «necesidades más urgentes y concretas».
Intromisión en la soberanía de los países
El funcionario estadounidense también advirtió que «la ONU no debe intimidar o coaccionar a los Estados Miembros que están comprometidos con el derecho a la vida. Utilizar la pandemia de COVID-19 como justificación para presionar a los gobiernos a cambiar sus leyes es una afrenta a la autonomía de cada sociedad para determinar sus propias políticas nacionales de atención médica».
La carta llega en un momento clave de las negociaciones de la ONU sobre las resoluciones relacionadas con la pandemia de COVID-19. El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas está negociando una resolución anual sobre la labor humanitaria del sistema de las Naciones Unidas que añade intervenciones centradas en la pandemia.