(ACI Prensa) Los líderes de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) han denunciado actos de racismo contra los asiáticoamericanos mientras el mundo continúa luchando contra la pandemia de COVID-19.
«Nuestros corazones están con todos aquellos que han sido víctimas de estas viles manifestaciones de racismo y xenofobia», indica un comunicado publicado el 5 de mayo por el nuevo Arzobispo de Filadelfia y presidente del Comité de Obispos para la Diversidad Cultural en la Iglesia, Mons. Nelson Pérez; el Obispo de Salt Lake City y jefe del Subcomité de Asuntos de las Islas de Asia y el Pacífico, Mons. Oscar Solís; y el Obispo de Houma-Thibodaux y presidente del Comité Ad Hoc contra el racismo, Mons. Shelton Fabre.
Según el medio NBC4, las organizaciones de defensa Asian Pacific Policy & Planning Council y Chinese for Affirmative Action recopilaron más de 1.100 informes de ataques racistas dirigidos principalmente a los estadounidenses de origen asiático desde el brote del coronavirus.
«Estos terribles sucesos son un recordatorio de que, en un entorno de mayor ansiedad y miedo, las distinciones raciales y la discriminación continúan afectando negativamente las vidas de ciertas poblaciones, lo que se suma al dolor y sufrimiento que ya causó la pandemia», señalaron los obispos estadounidenses
Asimismo, dijeron que si bien la pandemia de COVID-19, que se originó en Wuhan, China, ha provocado actos de caridad y coraje, también ha generado tensión, impactando las interacciones sociales y las percepciones raciales.
«La pandemia resultante del nuevo coronavirus continúa extendiéndose por todo el mundo, afectando nuestro comportamiento diario, prácticas, percepciones y la forma en que interactuamos entre nosotros», dijeron.
«También estamos alarmados al notar el aumento en los incidentes reportados de intimidación y agresiones verbales y físicas, particularmente contra los estadounidenses de origen asiático e isleño del Pacífico», agregaron.
Como ejemplos, los obispos señalaron a un porcentaje significativo de estadounidenses de origen asiático que trabajan en el cuidado de la salud, arriesgando sus vidas por hacerlo. En algunos casos, señalaron, estas personas han experimentado un rechazo a medida que los pacientes solicitan ser tratados por profesionales de la salud de una raza diferente. También notaron que algunas ciudades grandes, antes del cierre económico, vieron una fuerte disminución en el patrocinio hacia negocios operados por estadounidenses de origen asiático.
«Estos son solo algunos ejemplos dolorosos del continuo hostigamiento y la discriminación racial que sufren las personas de las islas de Asia y el Pacífico y otros en nuestro país», lamentaron los prelados.
«Como obispos católicos, encontramos estas acciones absolutamente inaceptables. Hacemos un llamado a los católicos, cristianos y todas las personas de buena voluntad para ayudar a detener todas las acciones y actitudes discriminatorias por motivos raciales, ya que son ataques contra la vida y la dignidad humana y son contrarios a los valores del Evangelio», añadieron.
En otro punto, resaltaron la carta pastoral de 2018 «Open Wide Our Hearts», que condena el racismo como un fracaso para reconocer a los demás como hijos de Dios.
En el comunicado también se advierte que dada la historia de prejuicios raciales de los Estados Unidos, si los actos actuales de discriminación injusta son indiscutibles, podría conducir a la «normalización de la violencia y el abuso contra grupos particulares».
«Sería una tragedia que Estados Unidos repita esta historia o que cualquier estadounidense actúe como si fuera apropiado», subrayaron
En respuesta a los recientes incidentes de racismo en todo el país, los obispos instaron a los estadounidenses a rechazar las categorizaciones raciales, las agresiones verbales y todas las formas de violencia. También desafiaron a funcionarios electos e instituciones públicas a promover la paz.
«Alentamos a todas las personas, familias y congregaciones a ayudar a promover una mayor apreciación y comprensión de los auténticos valores humanos y las contribuciones culturales aportadas por cada herencia racial en nuestro país», dijeron.
Finalmente, los obispos expresaron su esperanza de que la pandemia se convierta en una oportunidad para que los estadounidenses desarrollen solidaridad al adoptar actos de armonía y compasión, contribuyendo a un país más fuerte y más unificado.
«La realidad de los tiempos y todo el sufrimiento causado por esta pandemia exigen una resolución más firme hacia la unidad, demostrada a través de actos de solidaridad, bondad y amor mutuo, para que podamos salir de esta crisis renovada y más fuerte como un pueblo estadounidense; un pueblo que valora cada vida humana, independientemente de su raza, origen étnico, género o afiliación religiosa», concluyeron.