(InfoCatólica) «Difícilmente se puede asumir que una entidad como el Camino Sinodal en Alemania pueda reclamar el Espíritu Santo para sí mismo con el fin de suspender, corregir y reinterpretar la autoridad de la Sagrada Escritura, la Tradición Apostólica y las decisiones infalibles del Magisterio». Esa es una de las afirmaciones más contundentes del cardenal Müller en su artículo sobre la sinodalidad en la Iglesia.
El purpurado alemán considera que la Escuela de Bolonia (*) es apostasía disfrazada:
«La interpretación del Concilio Vaticano II difundida por la así llamada «Escuela de Bolonia» fue una agenda para la refundación de la Iglesia católica de acuerdo con las ideas de la Ilustración y la crítica religiosa: en otras palabras, la transformación de la Iglesia de Dios en una iglesia civil sin la divinidad de Cristo. No es otra cosa que apostasía disfrazada, porque los obispos y el Papa «son los únicos sucesores de los apóstoles y vicarios de Cristo, que no tienen el derecho a fundar otra iglesia, transmitir una fe diferente y administrar otros sacramentos que aquellos instituidos por Cristo» (Santo Tomás de Aquino, Summa Teológica III, q.64 a.2 ad 3). ¿De dónde recibirían los arquitectos de su propia iglesia la autoridad para adoctrinar, integrar y, en el caso de desobediencia, excomulgar a los fieles de Cristo, apartarlos de los magisterios dados a ellos por Cristo y ridiculizarlos en los medios de comunicación contrarios a la Iglesia?»
El Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, advierte de la deriva que está teniendo lugar en amplios sectores de la Iglesia:
«En lugar de afrontar intelectual y espiritualmente los grandes retos teológicos y antropológicos del proceso de descristianización, muchos están difundiendo la nueva edición de la agenda de los años 70, por ejemplo la abolición del celibato, el acceso de la mujer al sacerdocio, la comunión interreligiosa aún cuando persista la separación en la fe, el reconocimiento de la uniones sexuales fuera del matrimonio, y querer modernizar la Iglesia».
Y sentencia:
«Aunque esté justificado hablar del principio sinodal en la interacción entre obispos, sacerdotes y laicos, no deberíamos pasar por alto su defecto original. Éste consiste en el error político de considerar que en la Iglesia el problema principal gira en torno al poder que ahora tiene que ser limitado «democráticamente». Hablar de «división de poderes en la Iglesia» es populismo e ignorancia teológica».
(*) Escuela de Bolonia: Forman parte de ella los teólogos, filósofos e historiadores afines a las tesis del Instituto de Bolonia, fundado por don Giuseppe Dossetti y por el profesor Giuseppe Alberigo, del que salió la «Historia del Concilio Vaticano II» más leída en el mundo, en cinco volúmenes completados en el 2001 y editados en siete idiomas. Plantean que el Concilio Vaticano II supuso una ruptura con la Tradición, mostrándose a favor de tal hecho.