(Fides / InfoCatólica) «Era de esperar. Desde hace algunos días en Niamey se han dado escenas de guerrillas urbanas debido al 'confinamiento' por la pandemia de COVID-19», escribe a la Agencia Fides desde la capital de Níger el P. Mauro Armanino, misionero de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA).
Las medidas que afectan, en particular, el cierre de las mezquitas y el toque de queda desde las 7 pm hasta las 6 am del día siguiente, han provocado, desde el principio, protestas de parte de los ciudadanos. «Algunas mezquitas han sido cerradas por la fuerza, se ha arrestado a algunos imanes, utilizado gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que prendieron fuego a neumáticos, todo ello crea el temor, para nada infundado, de que vuelva a ocurrir lo que sucedió en 2015 con las protestas contra las publicaciones del semanario francés Charlie Hebdo» dice el padre Armanino.
«En la noche del 19 de abril, en varios distritos de la capital, hubo protestas en las que se usaron neumáticos incendiados en las rotondas. Según algunos testimonios, llovieron piedras en la casa de un pastor adyacente al templo protestante. Incluso no lejos de una iglesia, ya destruida en el pasado, se incendiaron algunos neumáticos. En ambos casos, la policía intervino para dispersar a los manifestantes», informa el misionero.
Según el P. Armanino, «la sensación de inquietud expresada por una parte de la población expresa varios sentimientos que van desde el escepticismo hacia la existencia de la enfermedad, hasta la identificación de la enfermedad misma con el Occidente, cristiano». «Como me señalaba un amigo, buen conocedor de la sociedad nigeriana de Niamey, cada vez que hay un malestar hacia el poder político, el chivo expiatorio más fácil e inmediato son los cristianos».
«En unos días se celebrará el comienzo del Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes. El riesgo de un levantamiento que también implique atacar iglesias forma parte de las posibilidades», concluye el misionero.
Níger, uno de los estados más pobres del mundo, tiene registrados 657 casos confirmados de COVID-19, incluidas 20 muertes. El 12 de abril, el gobierno extendió el aislamiento de Niamey al resto del país, así como el estado de emergencia y el toque de queda. Los lugares de culto y las escuelas están cerrados.
Ayer, después de las manifestaciones, el Consejo de Ministros, con el presidente Mahamadou Issoufou a la cabeza, acordó mantener las medidas de control y aislamiento de la capital, pero reducir el horario de toque de queda, que será desde las 21 pm. hasta las 5 am. La prohibición de reuniones y culto público sigue en vigor también, de cara al inicio del mes del Ramadán.