(Diario Información) Estaba previsto que la Reliquia regresara a la capital el día que tenía que haberse celebrado la Peregrina, suspendida este año por el coronavirus, como sucedió a lo largo de la historia con otras pandemias, para bendecir la ciudad, además de celebrarse una misa a puerta cerrada desde el monasterio, retransmitida en directo. El alcalde, el popular Luis Barcala, ha destacado la falta sensibilidad de la autoridad gubernativa.
En la respuesta dirigida al alcalde de Alicante, el popular Luis Barcala, cursada hoy, la subdelegada de Gobierno, la socialista Araceli Poblador, señala que «no es posible atender a su petición conforme a la normativa vigente sobre el actual estado de alarma, al no encontrarse amparada esta actividad en dicha normativa». Poblador realiza una larga relación argumental del por qué no se otorga el permiso, que se puede leer con detalle más abajo.
Cuando se anunciaron los actos, el gobierno municipal pidió a los vecinos de Alicante que se sumaran a este acto saliendo a sus balcones ese jueves a las 12 de la mañana para «aplaudir durante la bendición a la ciudad, que coincidirá con el repique de todas las campanas de las iglesias, para homenajear de esta manera también a todas las personas que están contribuyendo con su esfuerzo y dedicación a combatir la pandemia».
En un primer momento se dijo que el obispo portaría la Reliquia en la bendición desde el Castillo pero en el programa oficial que se envió a la Delegación del Gobierno figura que portaría la Reliquia en el coche oficial el Canónigo Custodio, al que seguirían los coches de los Miembros Estatutarios: Síndico del Ayuntamiento / Rector del Santuario y Caballero Custodio. Acompañando un Coche Patrulla de la Policía Local. El obispo se quedaba en el monasterio para despedir y recibir a la Reliquia.
Trámites con la Delegación de Gobierno
El proceder de la subdelegada entra en contradicción con los trámites que el Cabildo, a través del deán y sacerdote Ramón Egío, estaba realizando directamente con la Delegación de Gobierno en la Comunidad Valenciana, que le había solicitado documentación adicional, y que en principio no presuponía una negativa, según fuentes bien informadas, habiendo enviado la carta denegatoria la subdelegada antes de que respondiera oficialmente la Delegación.
En el seno del Ayuntamiento no se entiende la decisión de la subdelegada, que esperan que sea reconsiderada, dado que el acto se iba a quedar circunscrito a una misa a puerta cerrada en el monasterio y a la salida en coche de los síndicos de la Santa Faz con la Reliquia en coche hasta el Castillo, con tres personas para realizar el acto en la cumbre del Benacantil. A la hora de denegar este acto, Poblador hace referencia al artículo 7.1 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19 y a los supuestos a los que queda limitada la libertad de movimientos.
Además, cita el apartado de prácticas religiosas, citando que debe estarse a lo dispuesto por el artículo 11 de este mismo Real Decreto 463/2020: «La asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro».
Al final, la subdelegada recuerda en su escrito que el Obispado de la Diócesis Orihuela-Alicante comunicó el pasado 17 de marzo la suspensión de la celebración pública de la Santa Misa, con asistencia de fieles, en todos los templos de la Diócesis que permanecerán cerrados mientras dure la grave crisis sanitaria actual y hasta nuevas indicaciones. Igualmente comunicó la suspensión de actos de piedad y de las procesiones de Semana Santa en toda la Diócesis.