(AciPrensa/InfoCatólica) El cardenal Antonio Marto concedió una entrevista en exclusiva a Religión Digital. Esta fue una de las preguntas y la respuesta el purpurado:
¿No nos está haciendo descubrir la crisis que, quizás, tengamos que replantearnos la administración de los sacramentos? ¿No cabria la confesión por videoconferencia?
Estamos viviendo nuestra fe como el pueblo en la travesía del desierto, en circunstancias excepcionales y sin precedentes. Hemos tenido que encontrar nuevas formas y medios para vivir y alimentarla, hasta que volvamos a una situación de normalidad. En casos de emergencia, no tengo ninguna objeción a la confesión por videoconferencia. El Espíritu Santo también actuará por estos medios. Pero, a decir verdad, lo encuentro innecesario. El Papa ya ha mencionado que el Catecismo de la Iglesia Católica prevé situaciones en las que es posible "confesarse" directamente a Dios con arrepentimiento y petición de perdón y con el propósito de celebrar la confesión sacramental cuando se pueda. No debemos prescindir fácilmente de la relación personalizada en los sacramentos.
La nota de la diócesis de Leiria-Fátima recuerda luego que «el Catecismo ya es suficientemente claro sobre las situaciones previstas en las que un fiel puede obtener el perdón divino sin una confesión sacramental, a través del acto de contrición perfecto y con el deseo de confesarse sacramentalmente luego cuando sea posible».
«En ninguna hipótesis el Cardenal Antonio Marto quiso admitir la alteración de esta práctica, por lo que todos los comentarios en ese sentido son extrapolaciones o interpretaciones de lo que realmente afirmó en esa nota», prosigue el texto.
«Citamos además la nota emitida por la Penitenciaría Apostólica sobre el sacramento de la Reconciliación en la actual situación de pandemia, el día 19 de marzo y que también orienta las instrucciones emanadas por la Conferencia Episcopal Portuguesa: ‘Cuando el fiel se encuentre en la dolorosa imposibilidad de recibir la absolución sacramental, debe recordarse que la contrición perfecta, procedente del amor del Dios amado sobre todas las cosas, expresada por una sincera petición de perdón (la que el penitente pueda expresar en ese momento) y acompañada de votum confessionis, es decir, del firme propósito de recurrir cuanto antes a la confesión sacramental, obtiene el perdón de los pecados, incluso mortales (cf. Catecismo dela Iglesia Católica n. 1452)’», concluye la nota de la diócesis.