(DIARIO DE CADIZ) «¡Suspendan inmediatamente esto!». «¡Esto está prohibido!». Con esos gritos irrumpió el viernes en la parroquia de San Servando y San Germán, en el barrio gaditano de La Laguna, la Policía Nacional para impedir que siguiera celebrándose la misa diaria, a la que asistían una quincena de feligreses. Testigos de lo ocurrido han denunciado la fuerza y el abuso de poder de una actuación policial que siguen sin entender, ya que el Real Decreto del Gobierno que regula el estado de alarma permite el culto en las iglesias.
En concreto, ese Real Decreto establece en su artículo 11 que la asistencia «a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro». Y en este sentido, desde la parroquia de San Servando y San Germán se asegura que en el interior del templo «se guardaban escrupulosamente todas las medidas de seguridad», con los asistentes debidamente separados en el interior de una iglesia que ciertamente es de grandes dimensiones.
Atendiendo al decreto del Gobierno y también al del Obispado de Cádiz y Ceuta, que mantiene abiertas las iglesias y las celebraciones eucarísticas con asistencia de fieles, en San Servando y San Germán se viene celebrando misa diaria desde el principio del estado de alarma. Mejor dicho, no se ha interrumpido el culto diario pese al estado de alarma que impera en España desde el pasado 15 de marzo. No obstante, desde este lunes las medidas se extremaron; «a diario suelen venir los mismos feligreses, por lo que desde el lunes lo que estábamos haciendo es cerrar la iglesia a la hora de la misa, cuando ya habían entrado los fieles habituales», explican.
Pese a todas estas medidas, y pese a cumplir -previsiblemente- lo prescrito en la ley respecto al culto en las iglesias, la Policía Nacional «empleó nada menos que 8 agentes» en irrumpir en el interior del templo, obligando a suspender la misa que en esos momentos se estaba celebrando. «Nos amenazaron con abrir un expediente, sin dejarnos explicarnos», cuentan testigos de lo ocurrido. Además, aseguran que los agentes obligaron también a interrumpir la grabación que en esos momentos se hacía desde un teléfono móvil «ya que las misas las grabamos para aquellos feligreses que no asisten puedan participar desde sus casas».
A raíz de lo ocurrido el viernes, la parroquia se mantiene cerrada y celebrará las misas diarias y dominicales a puerta cerrada. Una medida que los feligreses no entienden, al igual que la actuación policial. «Venían a su casa. Sobraban esas formas», dice uno de ellos.
Escenas repetidas
Lo ocurrido el viernes en San Servando y San Germán no es un caso aislado estos últimos días en la ciudad. Ya el martes ocurrió otro incidente similar cuando la Policía Local obligó a cerrar la iglesia de Santiago, y otras iglesias gaditanas han sufrido también esta actuación policial. Todo ello pese a lo establecido en el real Decreto que regula el estado de alarma.