(VATICAN NEWS) Hoy, día en el que se celebra la XXXV Jornada Mundial de la juventud a nivel diocesano, el Papa Francisco ha instado a los jóvenes «a cultivar y dar testimonio de la esperanza, la generosidad y la solidaridad de la cual todos tenemos necesidad en este difícil momento». Lo ha hecho justo después de concluir la celebración Eucarística del Domingo de Ramos y de recitar el rezo mariano del Ángelus, en el altar de la Basílica de San Pedro.
Los jóvenes de Panamá entregarán la cruz a los de Lisboa el Domingo de Cristo Rey
Francisco ha explicado que hoy estaba programada la entrega de la Cruz de los jóvenes de Panamá a los de Lisboa, pero, ante las circunstancias de confinamiento que se vive a nivel mundial, el Pontífice ha anunciado que «este gesto tan significativo se posterga al domingo de Cristo Rey, el 22 de noviembre próximo». Además, ha aprovechado estos momentos para saludar a todos los que han participado a través de los medios de comunicación social y ha pedido que nos encaminemos con fe en la Semana Santa, en la cual «Jesús sufre, muere y resucita». También ha invitado a las personas y las familias que no podrán participar en las celebraciones litúrgicas «a recogerse en oración en casa, ayudados también por los medios tecnológicos», a unirse espiritualmente «a los enfermos, a sus familias y a quienes los cuidan con abnegación» y a rezar «por los difuntos en la luz de la fe pascual».
Relancemos el deporte para la paz y el desarrollo
Después, el Papa ha recordado que mañana, 6 de abril, se celebra el Día Internacional del Deporte para el desarrollo y la Paz, proclamado por las Naciones Unidas: «En este período, muchos eventos están suspendidos, pero salen a la luz los mejores frutos del deporte: La resistencia, el espíritu de equipo, la hermandad, dar lo mejor de uno mismo...», por lo tanto – ha dicho el Papa –«relancemos el deporte para la paz y el desarrollo». Antes de concluir, Francisco nos deja con una reflexión: «De María aprendemos el silencio interior, la mirada del corazón, la fe amorosa para seguir a Jesús en el camino de la cruz, que conduce a la gloria de la Resurrección. Ella camina con nosotros y sostiene nuestra esperanza».