(GaudiumPress) Las imágenes hablan por sí solas. El prelado, llevando consigo al Santísimo Sacramento, ha realizado, en compañía de los capellanes de la institución de salud, una peregrinación de esperanza bendiciendo a los enfermos, al personal, y algunos pabellones; así como a los fallecidos, cuyos restos permanecen en la morgue del mismo hospital.
Eucaristía en sufragio por las víctimas
Este día el Arzobispo también presidió en la Catedral de Milán, ausente de fieles pero en compañía del Vicario General, Mons. Franco Angnesi, y el Arcipreste del templo, Mons. Gianantonio Borgonovo, una Eucaristía en sufragio por las víctimas de la pandemia del Covid-19.
Al iniciar la Misa, Mons. Delpini expresó: «Esta celebración manifiesta nuestro afecto, da consuelo a nuestro sufrimiento, confirma nuestra esperanza»; para luego colocar las intenciones en manos de nuestra Señora en el día de la Anunciación: «En María, encontramos el modelo de cómo vivir los días de fiesta y de luto, aquellos de fatiga y de reposo».
Durante la homilía, el prelado oró a Dios para que envíe el Ángel de la Anunciación «para dar una caricia a aquellos que han muerto en los hospitales», porque nosotros «no pudimos estrecharles las manos, no pudimos recoger su última confidencia, intercambiar un beso para perdonarlos».
En la Eucaristía, Mons. Delpini elevó una plegaria no sólo por aquellos que han fallecido a causa del virus, sino también por aquellos que no salen en las noticias: «los niños que no nacieron, que se esperaban y que no vinieron y nadie sabe dónde están, los muertos que nadie llora, los que quizás vivieron solos y murieron solos, los que no cuentan para nada». «Deja que tu ángel se una a ellos, llámalos por su nombre, porque todos tienen una cara, una historia y un deseo de felicidad», complementó.
El prelado llamó además a la esperanza, aquella que dio María a la humanidad con su sí en la Anunciación, y con el anuncio del Ángel que hoy dice a los hombres «el Señor está con ustedes»; un mensaje que hoy llega a través de los médicos, las enfermeras, los sacerdotes que acompañan a los enfermos y llega a quienes están preocupados. «Señor, envía el ángel de la anunciación a cada uno de nosotros, a cada hogar, a todas partes», finalizó el Arzobispo.
Con información de Chiesa di Milano.