Solemnidad de la Anunciación del Señor
La Anunciación a María

Se inaugura la plenitud del tiempo y el cumplimiento de las promesas de Dios

Solemnidad de la Anunciación del Señor

Al anuncio del ángel Gabriel a la Virgen María de que ella dará a luz al Hijo del Altísimo sin conocer varón, por la virtud del Espíritu Santo, María respondió por la obediencia de la fe, segura de que nada hay imposible para Dios: He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra. Y el Verbo se hizo carne

(Evangelio de san Lucas 1,26-38 / Catecismo) En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».

María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.

Del Catecismo de la Iglesia

La profesión de la fe cristiana, capítulo segundo, artículo 3, párrafo 2.

Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios. «Jesucristo fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen»

I Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo ...

484 La Anunciación a María inaugura «la plenitud de los tiempos» (Ga 4, 4), es decir, el cumplimiento de las promesas y de los preparativos. María es invitada a concebir a aquel en quien habitará «corporalmente la plenitud de la divinidad» (Col 2, 9). La respuesta divina a su «¿cómo será esto, puesto que no conozco varón? (Lc 1, 34) se dio mediante el poder del Espíritu: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti» (Lc 1, 35).

485 La misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del Hijo (cf. Jn 16, 14-15). El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, él que es «el Señor que da la vida», haciendo que ella conciba al Hijo eterno del Padre en una humanidad tomada de la suya.

486 El Hijo único del Padre, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María es «Cristo», es decir, el ungido por el Espíritu Santo (cf. Mt 1, 20; Lc 1, 35), desde el principio de su existencia humana, aunque su manifestación no tuviera lugar sino progresivamente: a los pastores (cf. Lc 2,8-20), a los magos (cf. Mt 2, 1-12), a Juan Bautista (cf. Jn 1, 31-34), a los discípulos (cf. Jn 2, 11). Por tanto, toda la vida de Jesucristo manifestará «cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder» (Hch 10, 38).

II ... nació de la Virgen María

487 Lo que la fe católica cree acerca de María se funda en lo que cree acerca de Cristo, pero lo que enseña sobre María ilumina a su vez la fe en Cristo.

La predestinación de María

488 «Dios envió a su Hijo» (Ga 4, 4), pero para «formarle un cuerpo» (cf. Hb 10, 5) quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a «una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María» (Lc 1, 26-27):

«El Padre de las misericordias quiso que el consentimiento de la que estaba predestinada a ser la Madre precediera a la Encarnación para que, así como una mujer contribuyó a la muerte, así también otra mujer contribuyera a la vida» (LG 56; cf. 61).

489 A lo largo de toda la Antigua Alianza, la misión de María fue preparada por la misión de algunas santas mujeres. Al principio de todo está Eva: a pesar de su desobediencia, recibe la promesa de una descendencia que será vencedora del Maligno (cf. Gn 3, 15) y la de ser la madre de todos los vivientes (cf. Gn 3, 20). En virtud de esta promesa, Sara concibe un hijo a pesar de su edad avanzada (cf. Gn 18, 10-14; 21,1-2). Contra toda expectativa humana, Dios escoge lo que era tenido por impotente y débil (cf. 1 Co 1, 27) para mostrar la fidelidad a su promesa: Ana, la madre de Samuel (cf. 1 S 1), Débora, Rut, Judit, y Ester, y muchas otras mujeres. María «sobresale entre los humildes y los pobres del Señor, que esperan de él con confianza la salvación y la acogen. Finalmente, con ella, excelsa Hija de Sión, después de la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación» (LG 55).

La Inmaculada Concepción

490 Para ser la Madre del Salvador, María fue «dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante» (LG 56). El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como «llena de gracia» (Lc 1, 28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios.

491 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María «llena de gracia» por Dios (Lc 1, 28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX:

«... la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS, 2803).

492 Esta «resplandeciente santidad del todo singular» de la que ella fue «enriquecida desde el primer instante de su concepción« (LG 56), le viene toda entera de Cristo: ella es «redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo» (LG 53). El Padre la ha «bendecido [...] con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo» (Ef 1, 3) más que a ninguna otra persona creada. Él la ha «elegido en él antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor» (cf. Ef 1, 4).

493 Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios«la Toda Santa» (Panaghia), la celebran «como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo» (LG 56). Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida.

Hágase en mí según tu palabra ...

494 Al anuncio de que ella dará a luz al «Hijo del Altísimo» sin conocer varón, por la virtud del Espíritu Santo (cf. Lc 1, 28-37), María respondió por «la obediencia de la fe» (Rm 1, 5), segura de que «nada hay imposible para Dios»: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 37-38). Así, dando su consentimiento a la palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando de todo corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para servir, en su dependencia y con él, por la gracia de Dios, al Misterio de la Redención (cf. LG 56):

«Ella, en efecto, como dice san Ireneo, por su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano». Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar «el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe». Comparándola con Eva, llaman a María «Madre de los vivientes« y afirman con mayor frecuencia: «la muerte vino por Eva, la vida por María». (LG. 56; cf. Adversus haereses, 3, 22, 4).

La maternidad divina de María

495 Llamada en los Evangelios «la Madre de Jesús» (Jn 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como «la madre de mi Señor» desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotokos] (cf. Concilio de Éfeso, año 649: DS, 251).

La virginidad de María

496 Desde las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido absque semine ex Spiritu Sancto (Concilio de Letrán, año 649; DS, 503), esto es, sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:

Así, san Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): «Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne (cf. Rm 1, 3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (cf. Jn 1, 13), nacido verdaderamente de una virgen [...] Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato [...] padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente» (Epistula ad Smyrnaeos, 1-2).

497 Los relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34): «Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo», dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo» (Is 7, 14) según la versión griega de Mt 1, 23.

498 A veces ha desconcertado el silencio del Evangelio de san Marcos y de las cartas del Nuevo Testamento sobre la concepción virginal de María. También se ha podido plantear si no se trataría en este caso de leyendas o de construcciones teológicas sin pretensiones históricas. A lo cual hay que responder: la fe en la concepción virginal de Jesús ha encontrado viva oposición, burlas o incomprensión por parte de los no creyentes, judíos y paganos (cf. san Justino, Dialogus cum Tryphone Judaeo, 99, 7; Orígenes, Contra Celsum, 1, 32, 69; y otros); no ha tenido su origen en la mitología pagana ni en una adaptación de las ideas de su tiempo. El sentido de este misterio no es accesible más que a la fe que lo ve en ese «nexo que reúne entre sí los misterios», dentro del conjunto de los Misterios de Cristo, desde su Encarnación hasta su Pascua (Concilio Vaticano I: DS, 3016). San Ignacio de Antioquía da ya testimonio de este vínculo: «El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en el silencio de Dios» (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Ephesios, 19, 1; cf. 1 Co 2, 8).

María, la «siempre Virgen»

499 La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María (cf. Concilio de Constantinopla II: DS, 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre (cf. San León Magno, c. Lectis dilectionis tuae: DS, 291; ibíd., 294; Pelagio I, c. Humani generis: ibíd. 442; Concilio de Letrán, año 649: ibíd., 503; Concilio de Toledo XVI: ibíd., 571; Pío IV, con. Cum quorumdam hominum: ibíd., 1880). En efecto, el nacimiento de Cristo «lejos de disminuir consagró la integridad virginal» de su madre (LG 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la Aeiparthénon, la «siempre-virgen» (cf. LG 52).

500 A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas de Jesús (cf. Mc 3, 31-55; 6, 3; 1 Co 9, 5; Ga 1, 19). La Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María; en efecto, Santiago y José «hermanos de Jesús» (Mt 13, 55) son los hijos de una María discípula de Cristo (cf. Mt 27, 56) que se designa de manera significativa como «la otra María» (Mt 28, 1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento (cf. Gn 13, 8; 14, 16;29, 15; etc.).

501 Jesús es el Hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende a todos los hombres a los cuales Él vino a salvar (cf. Jn 19, 26-27; Ap 12, 17): «Dio a luz al Hijo, al que Dios constituyó el Primogénito entre muchos hermanos (Rm 8,29), es decir, de los creyentes, a cuyo nacimiento y educación colabora con amor de madre» (LG 63).

La maternidad virginal de María en el designio de Dios

502 La mirada de la fe, unida al conjunto de la Revelación, puede descubrir las razones misteriosas por las que Dios, en su designio salvífico, quiso que su Hijo naciera de una virgen. Estas razones se refieren tanto a la persona y a la misión redentora de Cristo como a la aceptación por María de esta misión para con los hombres.

503 La virginidad de María manifiesta la iniciativa absoluta de Dios en la Encarnación. Jesús no tiene como Padre más que a Dios (cf. Lc 2, 48-49). «La naturaleza humana que asumió no le ha alejado jamás de su Padre [...]; Uno y el mismo es el Hijo de Dios y del hombre, por naturaleza Hijo del Padre según la divinidad; por naturaleza Hijo de la Madre según la humanidad, pero propiamente Hijo del Padre en sus dos naturalezas» (Concilio del Friul, año 796: DS, 619).

504 Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María porque él es el Nuevo Adán (cf. 1 Co 15, 45) que inaugura la nueva creación: «El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo viene del cielo» (1 Co 15, 47). La humanidad de Cristo, desde su concepción, está llena del Espíritu Santo porque Dios «le da el Espíritu sin medida» (Jn 3, 34). De «su plenitud», cabeza de la humanidad redimida (cf Col 1, 18), «hemos recibido todos gracia por gracia» (Jn 1, 16).

505 Jesús, el nuevo Adán, inaugura por su concepción virginal el nuevo nacimiento de los hijos de adopción en el Espíritu Santo por la fe «¿Cómo será eso?» (Lc 1, 34;cf. Jn 3, 9). La participación en la vida divina no nace «de la sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino de Dios» (Jn 1, 13). La acogida de esta vida es virginal porque toda ella es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal de la vocación humana con relación a Dios (cf. 2 Co 11, 2) se lleva a cabo perfectamente en la maternidad virginal de María.

506 María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe no adulterada por duda alguna (cf. LG 63) y de su entrega total a la voluntad de Dios (cf. 1 Co 7, 34-35). Su fe es la que le hace llegar a ser la madre del Salvador: Beatior est Maria percipiendo fidem Christi quam concipiendo carnem Christi («Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo» (San Agustín, De sancta virginitate, 3: PL 40, 398)).

507 María es a la vez virgen y madre porque ella es la figura y la más perfecta realización de la Iglesia (cf. LG 63): «La Iglesia [...] se convierte en Madre por la palabra de Dios acogida con fe, ya que, por la predicación y el bautismo, engendra para una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios. También ella es virgen que guarda íntegra y pura la fidelidad prometida al Esposo» (LG 64).

InfoCatólica cuenta con tu ayuda, haz clic aquí

Solo contamos con tu ayuda. InfoCatólica seguirá existiendo mientras sus lectores quieran.

Haz tu donativo

Por bizum (solo para España)

Qué es bizum

Por PayPal, selecciona la cantidad:

Si prefieres otras modalidades para poder donar (ingreso, transferencia, ...), haz clic aquí.

15 comentarios

Vladimir
"Santa María, Madre de Dios y Esposa de José, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén"
25/03/20 2:01 PM
Rodrigo
Hoy celebramos la Anunciación del Señor, el dia que "el CIelo toco la Tierra", El Angel Gabriel le anuncia a la Virgen Maria que seria la Madre del Señor.
Oh Maria Sin Pecado Concebida, Rogad por todos nosotros tus hijos que recurrimos a Vos!
25/03/20 5:31 PM
Pedro de Torrejon
La Anunciacion del Arcángel San Gabriel a la Virgen María y a su Esposo San José.

No fue una imposición de Dios. ; sino un Anuncio de Dios a la Virgen María y San José ; que requería una respuesta afirmativa, libremente aceptada. Igual que la Pasión y Muerte de Jesucristo .

Muchas gracias padre José María Iraburu.
25/03/20 5:32 PM
enrique Cheli Pedraza
..1
/ Rogamos, para recordar en la Conmemoración de la Anunciación del Señor a María,q,en el 1er capítulo del Evangelio de San Lucas, leemos « Al 6º mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. »
/ Oramos, a fin de tener presente,q,el Ángel Gabriel « entrando, le dijo: «Salve, llena de gracia,el Señor está contigo.» y Ella se conturbó por estas palabras, y preguntaba q significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios ».«vas a concebir en tu seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesus, Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios, le dará el trono de David, su padre;reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino, no tendrá fin.. »
/ Pedimos,para no olvidar,q « María respondió al ángel: '¿Cómo será esto, puesto q no conozco varón? El ángel le respondió: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el q ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios... Dijo María: 'He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.' Y el ángel, dejándola se fue.»Y en aquel momento el Hijo de Dios se encarnó y se hizo hombre en el vientre Smo de la Virgen María.Día
grande y mil veces bendito en el q Dios se vino a vivir entre nosotros.
25/03/20 10:31 PM
Pub
El Concilio de Éfeso, que proclamó a María como Madre de Dios, tuvo lugar el año 431, y no el 649, como dice el artículo. En este año 649 tuvo lugar el Cocilio de Letrán que proclamó a María como Siempre Virgen.
26/03/20 12:30 AM
Todo cambió... pero aseguran que nada ha cambiado.
Gracias por recordarnos el misterio de la Encarnación del Verbo... que no son ¡Tonteras!

El misterio de la Obediencia de María en el Fiat.

Aprovechamos mi esposo y yo para Renovar la Consagración a Nuestra Señora.
¡Bendito sea Dios! Oramos por Ud. y por toda la iglesia.
26/03/20 3:44 AM
Luis
Santísima Virgen Maria, Reina y Madre de Misericordia, Corredentora nuestra.
25/03/21 11:04 AM
enri

El ángel Gabriel:
Alégrate María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.

Su prima Isabel:
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Nuestra petición:
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

V. Dulce Corazón de María,
R. sed la salvación del alma mía.

25/03/21 11:48 AM
Juan de Barcelona
La Santísima Virgen María SI es Corredentora y ostenta ese venerabilísimo título de hiperdulía con declaraciones de los Santos Padres desde San Pío X hasta San Juan Pablo II, y así lo afirman también teólogos y santos. Y es porque Ella, la llena de Gracia, que inicia la.Historia de la Salvación Humana con el primer Misterio de Gozo, la lleva a su plenitud en su Quinto Misterio de Gloria,como Reina de los Cielos y de la Tierra. Ella ante todo intercede ante el Padre y ante su Hijo, Sumo Bien, y por su plenitud de Gracia, toda petición de la Santísima Madre de Dios y Madre nuestra es atendida y cumplida por la Santísima Trinidad. Es por ello que es llamada con justísimo Título Corredentora de las almas, sobre todo de las benditas almas del Purgatorio y es Refugio de pecadores como dice la Letanía Lauretana.
25/03/21 12:41 PM
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
¡Viva la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra!
25/03/21 1:58 PM
Lucía Victoria
Yo también renuevo mi consagración a Nuestra Señora, la Bienaventurada siempre Virgen María, en este día en que conmemoramos que el mismo Dios se encarnó en su purísimo seno, para nuestra salvación. Y aunque en realidad sea yo la que siempre estará en deuda con Ella (y por eso mismo no pueda dejar de agasajarla), le ruego tenga a bien conceder hoy alguna gracia especial a todas y cada una de las personas que, de un modo u otro, frecuentan Infocatólica. Para mayor Gloria de Dios y salvación de las almas.

¡Viva la toda inefable Madre de Dios, María Santísima!
25/03/21 2:49 PM
hornero (Argentina)
Luis y Juan de Barcelona: gracias por sus testimonios en favor de María Corredentora. S. Luis de Montfort dice al respecto: “El signo más infalible y más indubitable para distinguir a un hereje, a un hombre de mala doctrina, a un réprobo, de un predestinado, es que el hereje y el réprobo no tienen sino desprecio o indiferencia para la Santísima Virgen, tratando por sus palabras y ejemplos, de disminuirle el culto y el amor, abierta u ocultamente, a veces con pretextos especiosos. ¡Ay! Dios Padre no ha dicho a María que haga morada en ellos, porque son Esaúes”. (Trat. de la V. Devoción a la Sma. Virgen, 30).

25/03/21 4:48 PM
Bernardino Montejano
La Virgen María no es tonta ni imprudente. Por eso, al anuncio del ángel de su futura maternidad, sigue la pregunta "¿cómo será esto si no conozco varón?" Ella era virgen para toda la vida. Cuando Gabriel le explica la intervención del Espíritu Santo, la respuesta es un sí sonoro: "He aquí la esclava del Señor". Como era libre la respuesta podría haber sido no, con tal ella estaba salvada por haber sido concebida sin pecado original. Por tal motivo, por su respuesta incondicional, por su vida entera de entrega y obediencia, por haber hecho posible el nacimiento de Cristo y haberlo acompañado hasta la Cruz enriendo que es corredentora; sin el si de ella el Redentor no hubiera siquiera sido concebido.
25/03/21 10:31 PM
enrique Cheli Pedraza
/ Rogamos, para recordar en la Conmemoración de la Anunciación del Señor a María, q El concilio Vaticano II, comentando el episodio de la Anunciación , subraya de modo especial el valor del consentimiento de María a las palabras del mensajero divino, afirmando : «El Padre de las misericordias, quiso,q el consentimiento de la q estaba predestinada a ser la Madre, precediera a la Encarnación para que, así como una mujer, contribuyó a la muerte, así también, otra mujer contribuyera a la vida» (Lumen gentium, 56)./ Oramos, a fin de tener presente , q María, con su " Fiat" , nos recuerda la "responsabilidad" q cada uno tiene de acoger el plan divino, no solamente sobre la propia vida, sino,advertir las repercusiones,q nuestro obrar, en su ejemplaridad o en ausencia de la misma , tienen en los demás, respondiendo Ella sin reservas a la voluntad salvífica de Dios q se le manifestó a través de las palabras del ángel, presentándose, como modelo para aquellos a quienes el Señor proclama dichosos, «bienaventurados quienes oyen la palabra de Dios y la guardan» (Lc 11,28)./ Pedimos , para no olvidar, q María con su " Si" , nos invita a quienes creen a responder, generosamente a la gracia del Señor, y asociada a la victoria de Cristo, sobre el pecado de nuestros primeros padres, aparece como la verdadera «madre de los vivientes y su maternidad, aceptada libremente al designio divino, se convierte en fuente de vida para la humanidad entera.
25/03/21 10:48 PM
Raquel D. Catequista
Me encantaba, con ocasión del mes de mayo, consagrado a María, hacer la representación de las Mujeres Bíblicas que nos presagiaban y mostraban las grandezas de María, anunciada ya desde el Génesis : Eva, Sara, Raquel, Rebeca, Rut, Débora, Judit, Ester... y descubrir con los alumnos, que Ella era nuestra Madre!
Y, sobre todo lo hacía, con ocasión del 25 de marzo, día de La Anunciación y Encarnación del Verbo, el día de lo que llamamos:
"EL PRIMER ÁNGELUS BELLO!
Por Radur
"Hágase en mi cuanto dices" exclama la Virgen tierna
Y en el cielo hay retoques de campanas tempraneras.
Hora dulce y silenciosa con rumores de plegaria
El Ángel Gabriel asiste al Fiat humilde; Misterio
De la Doncella que anida a JESÚS en Su silencio.
Sagrario Primero es Ella, ¡Madre de la Eucaristía!
La Trinidad se regocija con su respuesta serena.
La Encarnación, es el Hijo que acampó pleno en Ella.
Nos trae la Redención, la Salvación, Vida Nueva
Para el pueblo peregrino de la historia en La Iglesia.
Acaba de pronunciarse ¡El primer Ángelus bello!
26/03/21 8:13 PM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.