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(ACI Prensa) Una ONG que trabaja por los derechos de las minorías en Pakistán sostiene que la impunidad por la violencia contra los cristianos, como la muerte de Saleem, generaría una ola de inseguridad.
A raíz del brutal asesinato de Saleem, joven cristiano de 22 años que falleció el 28 de febrero a manos de fanáticos islámicos en Bhagyana, Kasur (Pakistán), la Fundación católica Cecil & Iris Chaudhry (CICF), organización que trabaja por la justicia de los cristianos en Pakistán, demandó a los gobiernos que se responsabilicen por la seguridad de las minorías, como los cristianos.
«Pedimos a los gobiernos, tanto a nivel federal como provincial, que garanticen la seguridad y protección a todos los pakistaníes no musulmanes, como está escrito en la Constitución del país», dijo la presidenta católica de CICF Michelle Chaudhry a la agencia vaticana Fides.
La presidenta de CICF dijo que «cuando se trata de minorías religiosas» en Pakistán, «cualquiera es libre de actuar como fiscal, juez y ejecutor de una sentencia». «No podemos permitir que esto continúe: la impunidad de quienes cometen violencia contra las minorías religiosas en Pakistán debe terminar», añadió.
Asimismo, sostuvo que actos de violencia contra los cristianos «generan una ola de inseguridad que deja a nuestras comunidades extremadamente vulnerables. Es responsabilidad del estado proteger a sus ciudadanos independientemente de su fe, condición social, género».
Chaudhry también advirtió que el asesinato de Saleem «es un sombrío recordatorio de que la intolerancia en nombre de la religión en Pakistán ha crecido más allá del estado de derecho». Al respecto, recordó que los fanáticos musulmanes declararon como razón válida para matar a Saleem el ser «un sucio cristiano» y «haber contaminado» el agua de la piscina donde se bañó.
Finalmente, Chaudhry recomendó como medida preventiva a futuro «llevar a cabo una investigación imparcial y que los autores sean llevados ante la justicia».
Actualmente, en Pakistán, país de mayoría musulmana, las minorías religiosas principalmente los cristianos, están expuestos a asesinatos y abusos por parte de extremistas islámicos.