(InfoCatólica) Hace unos días Orbán escruibió un «Memorándum sobre el estado del Partido Popular Europeo» dirigido tanto a los dirigentes europeos del mismo como a los presidentes de los diferentes partidos nacionales que pertenecen a dicha organización política supranacional.
El presidente húngaro empieza su carta alabando el papel del PPE en Europa:
«Desde el principio, los miembros del Partido Popular Europeo han desempeñado un papel activo e importante en el discurso público europeo.
Sin el PPE, Europa no podría haber formado una opinión mayoritaria y una mayoría política sobre cuestiones tan importantes como la expulsión de la Unión Soviética de Europa Central, el rechazo y el derrocamiento de los sistemas políticos comunistas, la reunificación de Europa con los países liberados de la ocupación de la Unión Soviética, el establecimiento del espacio Schengen y la creación del euro».
Y:
«El PPE se ha mantenido firme y valiente en las tormentas de los debates europeos. El PPE fue decididamente prodemocrático, anticomunista, pro mercado, antimarxista, pro nación, a favor de construir la Unión teniendo como base las naciones, pro subsidiariedad, anti burocracia, de inspiración cristiana y fue un representante comprometido y devoto del modelo familiar cristiano y del matrimonio de un hombre y una mujer. El PPE representó estos valores con valentía, orgullo y éxito bajo la presión de sus oponentes, las tendencias de la moda y la mayoría de los medios liberales de izquierda».
Pero, según Orbán, «hoy todo ha cambiado»:
«En lugar de ir contra el comunismo y el marxismo, que dejó un legado doloroso en Europa, aplaudimos a Fidel Castro y Karl Marx. En lugar del modelo cristiano-social del Rin, adoptamos teorías sociales igualitarias y socialistas. En lugar de subsidiariedad, estamos a favor de una mayor centralización y refuerzo de la burocracia en Bruselas.
Hemos fallado a la hora de defender principios cristianos de forma abierta y conscientemente, si es que nos queda alguno.
Renunciamos al modelo familiar basado en el matrimonio de una mujer y un hombre, y caímos en los brazos de la ideología de género. En lugar de apoyar el nacimiento de niños, vemos la migración masiva como la solución a nuestros problemas demográficos.
Toleramos indolentemente la desintegración del espacio Schengen y vemos impotente el fracaso de involucrar a los países de los Balcanes en la integración de Europa.
No estamos ofreciendo una alternativa atractiva a la de nuestros adversarios políticos, y consideramos sus problemas y sus interpretaciones como puntos de referencia».
Según Orbán, el PPE se ha deslizado «desde la derecha cristiana hacia la izquierda. A los ojos de los votantes, lentamente nos estamos volviendo indistinguibles de la izquierda liberal, verde y socialista».
El político magiar pide un debate interno en el PPE:
«Recomendamos que la diversidad de nuestro grupo político se refleje en los órganos de gobierno del PPE y que, además de los representantes de las fuerzas centristas, los representantes de la derecha cristiana también tengan un asiento en la mesa.
La unidad es lo más importante, pero en nuestra situación actual, la unidad, una nueva unidad, solo se puede lograr a través de debates internos honestos».