(SIC/InfoCatólica) La labor que permite la apertura de los archivos fue notable: los archivos desclasificados suman casi dieciséis millones de documentos entre los que se encuentran ciento cincuenta y un mil textos de la Secretaría de Estado y 538 sobres separados tanto sobre temas individuales como institucionales.
El Prefecto de los Archivos Secretos del Vaticano, Mons. Sergio Pagano, ha concedido la siguiente entrevista a Radio Vaticana:
¿Cuál ha sido el proceso que ha llevado a la situación actual?
La espera de muchos investigadores de todo el mundo ha durado, se puede decir, unos 14 o 15 años. Este es el tiempo que han necesitado mis colaboradores, archiveros y el resto del personal para preparar toda esta enorme cantidad de documentos: numerarlos, seguir su protocolo y preparar los inventarios. Estos últimos, en lo que respecta al Pontificado de Pío XII, hoy están todos en forma digital. Así que los estudiosos los encuentran en nuestra sala y pueden consultarlos vía «intranet», es decir, vía web en las salas del Archivo Apostólico Vaticano. La espera es comprensible, porque el pontificado del Papa Pacelli es muy relevante y crucial. Llega en un momento de la historia de la humanidad lamentablemente devastado y ensangrentado por el último conflicto mundial, pero también por todo lo que ocurrió dentro de ese conflicto e inmediatamente después de su conclusión. Obviamente, el dramático tema del Holocausto viene inmediatamente a la mente y por lo tanto los judíos esperan muchas revelaciones de esta apertura. Pero en los fondos relacionados con el Papa Pacelli hay importantes documentos sobre las relaciones de la Santa Sede con los regímenes totalitarios, sobre los acuerdos con las distintas naciones. Se puede entender mejor la posición del Papa y de la Santa Sede con respecto a ciertas políticas religiosas, con respecto al comunismo y al absolutismo. Y también se conocerá todo el gran trabajo del Papa Pacelli en el frente de la caridad. Puedo atestiguar esto en primera persona, pues he ordenado yo mismo el fondo de Caridad que cuenta con más de 8.000 sobres en los que hay miles y miles de prácticas caritativas.
Es impresionante cómo Pío XII recibió ofrendas de varios fieles católicos de todo el mundo, especialmente de los Estados Unidos, y prácticamente el mismo día las redistribuyó inmediatamente, a quienes las necesitaban, tanto a particulares como a parroquias, orfanatos, hospitales, pero también a universidades e institutos de investigación. Un verdadero río de dinero que era, digamos, el río de su caridad. Prácticamente todos los que pidieron ayuda a la Santa Sede la obtuvieron y tenemos el testimonio de esta enorme obra de caridad en este Fondo de Caridad y en el fondo de la Comisión de Socorro. Publicaremos dos poderosos inventarios, editados por el Dr. Di Giovanni y el Dr. Roselli, que muestran también el otro aspecto de la enorme caridad llevada a cabo de forma más organizada a través de la Obra de Socorro. Por supuesto, también abriremos los archivos de la gran Secretaría de Estado de Pío XII. Estos fondos también son esperados por los investigadores para profundizar la doctrina del Papa Pacelli, su pensamiento. Basta pensar en sus encíclicas o en el hecho de que es el Pontífice más citado por el Concilio Vaticano II. Su doctrina, su teología y su práctica pastoral siguen siendo fundamentales hoy en día y espero que con la apertura de estos nuevos fondos puedan ser estudiados adecuadamente.
¿Podríamos obtener nuevos documentos que prueben el trabajo de la Iglesia bajo el papado de Pío XII para salvar a los judíos durante la Shoah?
Sin duda alguna. Por lo que entiendo hay muchos. Hay muchos documentos que contienen el agradecimiento del pueblo judío. Y hablo, obviamente, de judíos no bautizados, que permanecen en su fe, que agradecen al Papa Pacelli por la ayuda prestada. Hay numerosos testimonios de la ayuda prestada por los simples cristianos, así como por los institutos religiosos y los propios obispos para salvar la salvación de esta pobre población tan cruelmente perseguida. Naturalmente también hay voces disonantes sobre este aspecto, hay en el lado judío la evocación del llamado problema de los silencios de Pío XII. Pero, a este respecto, los nuevos documentos también proporcionarán una nueva explicación más detallada. Conocemos la historia de este pueblo perseguido y el Holocausto y por lo tanto entendemos muy bien que los judíos esperan tanto de estos documentos que ahora son accesibles. Lo importante, en mi opinión, es que el estudio de estos documentos, como los demás, se haga de manera justa, objetiva, científica e histórica. Entonces, por supuesto, cada uno tendrá su propia opinión.
En este contexto, ¿cómo encaja la jornada de estudio en el Augustinianum?
La apertura fue anunciada por el Santo Padre hace ya un año, cuando recibió en audiencia al personal de los Archivos Vaticanos. Pero para preparar adecuadamente desde el punto de vista archivístico esta nueva apertura de fondos, a diferencia de lo que había sucedido con las aperturas anteriores, se pensó en organizar una jornada de estudio específica, precisamente en el Instituto Patrístico Augustinianum, cerca de la columnata de San Pedro. En esta ocasión, los archiveros de los Archivos Vaticanos, pero también los archiveros de otros archivos de la Santa Sede, presentarán su trabajo de preparación de los documentos y la posibilidad que ofrecen estos documentos en relación con nuevas investigaciones. Para este día, ya hemos tenido la participación de más de 200 personas entre historiadores e investigadores y también hay un gran grupo de estudiosos judíos. Nuestro objetivo, con este evento, es servir a los investigadores ofreciéndoles una visión general de los nuevos fondos y posibilidades de investigación, de las herramientas preparadas, para que cada uno pueda entonces seguir su propio camino, hacer sus propias investigaciones, sacar sus propias conclusiones, naturalmente con la mayor libertad.