(Complete Christianity/GP) Los Ordinariatos anglocatólicos, creados por el papa Benedicto XVI para admitir en la plena comunión de la Iglesia Católica a comunidades de conversos provenientes del anglicanismo, forman parte del panorama de la Iglesia en el mundo anglosajón. Una parte de la vida de estas comunidades es la participación en sus parroquias de católicos «nativos» (no anglocatólicos) que han elegido asistir a la Eucaristía y compartir su fe con los fieles anglocatólicos.
Pero, ¿qué lleva a algunos fieles católicos a pedir la admisión en esas parroquias? Esta es la pregunta que se planteó el periodista Shane Schaetzel, converso a la Iglesia Católica a través del Ordinariato. «Los Ordinariatos no son un rito. Son jurisdicciones, como una Diócesis», aclaró el redactor. Esta distinción es necesaria, ya que los Ordinariatos sí celebran la Eucaristía de un modo distinto, siguiendo el uso aprobado para ellas por parte de la Santa Sede, una adaptación de la liturgia para admitir elementos de la tradición anglicana compatibles con la liturgia católica.
Vía media entre la Forma Tradicional y en Novus Ordo
Además de las razones prácticas como la proximidad geográfica o ser la parroquia que administra la escuela católica a la que asisten los niños, existen fieles que buscan las parroquias anglocatólicas por simple preferencia. La primera explicación surge de la diferencia litúrgica en la celebración de la Eucaristía. «Aunque el formato básico es similar a la Misa del Novus Ordo, los detalles y la atmósfera son sorprendentemente similares a la Misa tradicional en latín celebrada en todas las parroquias católicas antes de 1970. Por lo tanto, tiene un atractivo muy tradicional para aquellos católicos interesados», comentó Schaetzel.
El uso del Ordinariato, llamada también Misa del Culto Divino, tendría la ventaja para estos fieles de ser celebrada en inglés, lo cual permite una rápida adaptación de los fieles. «Es un cambio bastante fácil de una parroquia contemporánea a una parroquia tradicional, sin tener que volver a aprender todo», comentó el redactor. «Muchos católicos que no eran anglocatólicos encuentran esto atractivo por varias razones». Algunos fieles podrían no desear aprender el latín necesario para una celebración en ese idioma o tener un pariente que no gusta de la celebración de la Forma Extraordinaria, por lo que el uso anglocatólico sería un término medio entre la tradición y la celebración actual.
En idioma vernáculo pero sacro
La Misa del Culto Divino incluye oraciones que no están incluidas en otras formas de liturgia, y el uso del idioma inglés es distinto al inglés conversacional común. Este es denominado «inglés sacro» conservado en los libros de oraciones y las traducciones de las Sagradas Escrituras hasta mediados del siglo XX. «El punto de usar el inglés sacro para la adoración es señalar, a través del lenguaje, que este momento de adoración es especial y diferente de todos los otros momentos del día o de la noche», indicó Schaetzel.
Ad Orientem y comunión de rodillas
Otra diferencia notoria es que la Eucaristía se celebra ad Orientem (de cara a Dios), conservando la forma tradicional anglicana que coincide con la tradición litúrgica de la Iglesia Católica de rito romano hasta 1970 y que permanece en los ritos católicos orientales. Además, la Sagrada Comunión se recibe de rodillas y en la boca como práctica común.
Las comunidades parroquiales suelen ser pequeñas y muy unidas, y sus miembros, principalmente conversos, valoran la doctrina de la Iglesia y la defienden. «Recuerden, estas parroquias fueron fundadas por recientes conversos al catolicismo», indicó el redactor. «No dejaron el protestantismo para poder actuar como protestantes nuevamente. ¡Se convirtieron para poder convertirse en católicos! Por eso se toman muy en serio la enseñanza católica histórica y tradicional».
Schaetzel expresó que cada fiel puede tener razones personales para elegir libremente su parroquia y que no se puede generalizar e intentar agrupar a las personas en categorías. Sin embargo, «las parroquias de los Ordinariatos están aquí para quedarse, y están creciendo más rápidamente», comentó el periodista. «Se están convirtiendo en una parte muy importante de la vida católica en el mundo de habla inglesa».