(Agencias/InfoCatólica) El Obispo de Ciudad Quesada (Costa Rica), Mons. José Manuel Garita Herrera, lamentó la aprobación de la Norma Técnica del Aborto Impune, firmada ayer por el presidente Carlos Alvarado, y exhortó a la población a perseverar en la lucha por la defensa de la vida y a ser personas de «fe y esperanza».
Luego de varios meses de polémica, la Norma Técnica del Aborto Impune fue firmada en la noche del jueves 12 de diciembre por el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado; y por el ministro de Salud, Daniel Salas. A partir de ese momento, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y los hospitales privados tiene un plazo de seis meses para implementar el protocolo médico elaborado por el Ministerio de Salud del país.
En una publicación en Facebook, Alvarado justificó su respaldo a la norma afirmando que «esta decisión es para salvar la vida de las mujeres y resguardar su salud».
En una nota de prensa, Mons. Garita lamentó profundamente la aprobación de la norma, resaltando con dolor que «el país, en los últimos años, ha venido abriendo la puerta a la cultura de la muerte».
«Deploro el silencio y el hermetismo con que se ha manejado el planteamiento y la elaboración de esta norma desde el Poder Ejecutivo», señaló. El desarrollo de esta norma se ha dado «de espaldas al pueblo», sin la transparencia que un tema de «indiscutible interés común y trascendencia histórica» requiere.
Supuesto de riesgo
La norma técnica regula el artículo 121 del Código Penal, que señala que el aborto no es punible cuando se realiza con consentimiento de la mujer, por profesionales en el ámbito de la salud y solamente cuando la vida de la madre está en riesgo.
El Prelado advirtió que esta aprobación tiene «trascendencia histórica» no solo por las implicaciones presentes, «sino por lo que podría venir en el futuro», como la posibilidad de ampliar el acceso al aborto por temas de impacto en la salud mental o problemas genéticos del bebé, pedido que presentaron diferentes frentes proaborto de Costa Rica durante el debate de la norma.
Frente a la situación actual, Mons. Garita señaló que como «gente de fe y esperanza», la Iglesia seguirá creyendo y predicando el Evangelio de vida, «porque esa es su misión confiada por el mismo Jesucristo, y a la cual debe ser fiel hasta el final de los tiempos».
«Pongo en manos de Dios a Costa Rica y apelo a la conciencia de los profesionales en la salud para que defiendan la vida», expresó.
Finalmente, el Prelado exhortó a los católicos y todas las personas que apoyen la vida a defenderla desde su concepción hasta la muerte natural, «según nuestros principios, valores y creencias».
Mons. Garita señaló que «la esperanza no defrauda, porque Jesucristo está con nosotros hoy y siempre».
En Cristo está el destino de Costa Rica, «más allá de modas, leyes o ideologías extrañas que atacan nuestros valores morales, religiosos e idiosincráticos» concluyó.