(Efe/InfoCatólica) Un 50,1 % de las bodas celebradas en Italia durante el año 2018 tuvieron lugar en un ayuntamiento.
Los datos, publicados por el Instituto Estadístico italiano (ISTAT), evidencian una tendencia creciente en el rito civil, que pasó del 2,3 % del total de matrimonios en 1970 a superar al religioso por primera vez el año pasado.
Otro fenómeno reciente, el de las uniones civiles entre personas del mismo sexo -que no pueden adoptar hijos-, se ha estabilizado después de su aprobación en 2016, pasando del máximo de 4.376 en 2017 a 2.808 el año siguiente.
Cada año las parejas italianas se casan más tarde, de media a los 33,7 años los hombres y a los 31,5 las mujeres, lo que supone respectivamente 1,6 y 2,1 años más que en 2008, cuando se realizó el último estudio.
Según ISTAT, esto se debe a que los jóvenes pasan cada vez más tiempo en el hogar familiar, un número particularmente alto en Italia, donde el 67,5 % de los hombres entre los 18 y los 34 años viven con sus padres, por el 54,4 % de las mujeres.
La crisis, la falta de trabajo y su precariedad ha hecho alargar la edad de permanencia en la casa familiar.
Hay más datos que muestran los cambios en una sociedad italiana cada vez más diversa: un tercio de los niños nació de una pareja no casada, el máximo hasta el momento, mientras que un 17,3 % de los matrimonios celebrados en 2018 cuenta con un cónyuge extranjero.
Por otro lado, se rompe la tendencia iniciada hace décadas de descenso de las bodas, debida principalmente a la caída de la natalidad, y en 2018 hubo por primera vez un aumento en el número de ceremonias, 195.778 en total, un 2,3 % más que el año precedente.
El estudio de ISTAT es una prueba también de la profunda división del país, entre un norte más laico y un sur más tradicional: mientras que en el norte las bodas civiles supusieron el 63,9 % del total, en el sur fueron menos de la mitad, un 30,4 %.
En cuanto a las ceremonias donde un cónyuge era extranjero, en el norte llegan al 25 %, mientras que en el sur no alcanzan el 10 %.
Las uniones civiles en las regiones del norte y el centro afectan a 7 personas por cada 100.000 habitantes, mientras que en el sur no se llega a 0,5 personas por cada 100.000.