(ACI Prensa) La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) llamó a la paz y la cultura del encuentro para «construir sin más dilaciones un proyecto común de país», ante el paro nacional convocado para el próximo 21 de noviembre.
Los sectores que lideran esta protesta, convocada desde el pasado mes de octubre, son la Confederación General de Trabajadores, la Confederación de Trabajadores de Colombia y las centrales obreras, además de diferentes movimientos estudiantiles, organizaciones sindicales, sociales y políticas.
El objetivo es expresar al presidente de Colombia, Iván Duque, su inconformidad con las reformas realizadas desde que tomó el poder, reclamar por los asesinatos de indígenas en el departamento de Cauca y el bombardeo militar a un campamento de las disidencias de las FARC en el que murieron también menores de edad, según señala el diario El Colombiano.
El presidente de la CEC, Mons. Oscar Urbina Ortega, en un video publicado este jueves 14 de noviembre, recordó la exhortación que realizó el Papa Francisco en su visita apostólica a Colombia hace 2 años, pidiendo que «no decaigan en el esfuerzo por construir la unidad de la nación», y a pesar de los problemas «persistan en la lucha para favorecer la cultura del encuentro».
El Prelado reconoció que «el cansancio y el descontento que están manifestando ciertas movilizaciones ciudadanas, revelan problemas graves» que no se han logrado superar, mostrando que en el país persiste «la corrupción, la inequidad social, el desempleo, la imposibilidad de amplios sectores para acceder a los servicios básicos de alimentación, salud y educación».
«Estas movilizaciones son un derecho democrático cuando son expresión de libertad y de responsabilidad ciudadana», comentó Mons. Urbina. Indicó que para que estas tengan verdadero sentido «deben apuntar al bien común y no prestarse a intereses personales o de grupos, ni a la implantación de ideologías».
Además, pidió a los colombianos evitar «que la movilización ciudadana degenere en agresión, saqueo, vandalismo y muerte, que afecta la mayoría de las veces a los más pobres», pues estos actos solo alimentan «el círculo de violencia que dolorosamente hemos vivido durante tantos años, que deslegitima cualquier reclamo y que no trae sino nuevos y más graves males».
Mons. Urbina reafirmó que «el camino hacia la superación de los problemas sociales y el desarrollo integral», «pasa por la escucha y el diálogo con la participación de todos los actores sociales». «La solución depende de todos, es necesario construir sin más dilaciones un proyecto común de país», resaltó.
Asimismo, hizo un llamado a todas las instituciones «a concretar iniciativas que hagan de nuestro país una casa y patria para todos». «La Iglesia Católica quiere ser la primera en acompañar procesos en la línea del desarrollo integral y de la convivencia pacífica», señaló.
Finalmente, pidió a los católicos orar por Colombia, especialmente este 17 de noviembre, día en que la Iglesia realiza la Jornada Mundial de los Pobres, convocando «a las comunidades parroquiales a pedir en cada Eucaristía» por el país.
«Así como nos lo indicó el Santo Padre, levantemos los ojos al cielo, pues Dios es capaz de desatar lo que para nosotros parece imposible, él prometió acompañarnos hasta el final de los tiempo, y no va a dejar estériles los esfuerzos que hagamos juntos para tener un mejor país» concluyó.