(AsiaNews/InfoCatólica) «El preludio para una masacre»: así comentó un joven chino que estudia en el territorio las frases del presidente Xi Jinping sobre la situación de Hong Kong, dando -según el joven- «permiso para matar a las fuerzas del orden y a sus aliados». De hecho, Xi Jinping dio todo su apoyo a la policía de Hong Kong y al uso de la fuerza y a sus jueces para que castiguen de modo radical a quien viole la ley.
Hablando en Brasilia en una cumbre de los Brics (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), él dijo que la más urgente prioridad para Hong Kong es poner fin a las violencias y restaurar el orden. Expresando su apoyo al jefe del ejecutivo Carrie Lam, Xi Jinping agregó: «Nosotros apoyamos con decisión a la policía de Hong Kong, para que realice acciones de fuerza para imponer la ley, y “sostenemos”˝ a los jueces para que castiguen según la ley a aquellos que han cometido violentos crímenes».
En todos estos meses, el silencio y la inmovilidad del jefe del ejecutivo, como también el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, fueron las causas del vandalismo y de las violencias difundidas entre los jóvenes extremistas del movimiento anti-extradición y pro-democracia. El movimiento, la Iglesia católica y muchas organizaciones de la sociedad civil continúan exigiendo una investigación independiente sobre lo obrado por las fuerzas del orden, después de diversos heridos, de muertes sospechosas y de actos de vandalismos.
Para Xi Jinping el mal está sólo de una parte: «Los continuos, radicales y violentos crímenes que están sucediendo en Hong Kong han violado profundamente el estado de derecho de Hong Kong y el orden social, amenazando en modo severo la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong, convirtiendo en una evidente amenaza la línea de fondo del “principio un país, 2 sistemas”».
Los comentarios de Xi sobre la situación de Hong Kong los hizo en su primera aparición pública e internacional.
Hace varios días, la Oficina central de relaciones entre China y Hong Kong (Liaison office) difundió una declaración oficial en la cual se afirmaba que Hong Kong «se está deslizando hacia el abismo del terrorismo» y que es necesaria una represión aún más fuerte para restaurar la ley y el orden.
Reacciones internacionales
Todavía no hay comentarios de parte de la comunidad internacional, que hasta ahora fue bastante tibia sobre la situación en el territorio, limitándose en pedir «moderación» a ambas partes.
El jueves por la tarde, la Comisión de verificación de seguridad para las relaciones económicas EEUU-China, pidió a Washington que suspenda el status económico de Hong Kong en el caso Beijing despliegue su ejército en la ciudad. Si bien es parte de China, Hong Kong no está sometida a las sanciones de EEUU en la guerra de los aranceles y a causa del estado de derecho internacional vigente en el territorio, muchas financiaciones estadounidenses llegan a China a través de Hong Kong.
«La imposición siempre más pesada de Beijing en el control de la soberanía de Hong Kong-dice la Comisión-mina ̏el alto grado de autonomía que garantiza la confianza» para comerciar con Hong Kong.
Una de las recomendaciones de la Comisión es que el Congreso «apruebe una ley» que suspenda el status especial de Hong Kong en el caso que «el gobierno chino despliegue el ejército para la liberación del pueblo o la especial policía armada en una intervención armada en Hong Kong». La Comisión sugiere también que «Los miembros del Congreso...continúen expresando apoyo a la libertad de expresión y al estado de derecho de Hong Kong».