(InfoCatólica) La actual legislación en Bélgica todavía mantiene sanciones contra las mujeres y el personal médico que participa en un aborto no regulado por la ley, que establece doce semanas de gestación para abortar sin impedimento y seis días de reflexión entre la solicitud de una mujer y la operación.
Los políticos belgas proabortistas pretenden que se amplíe a dieciocho las semanas de gestación para abortar libremente y se reduzca a 48 horas el tiempo obligatorio de reflexión.
Pero lo más importante es la consideración de la eliminación de la vida humana en el seno materno como una operación médica «ordinaria», lo que convertiría de facto el aborto en un derecho de la mujer.
Eso es lo que los obispos condenan, asegurando que «Más allá de un cambio en la práctica, este es un cambio en el significado del aborto», y advierten que «considerar el aborto como un simple acto médico también lo convierte en un derecho» y además, para el médico,«invocar la noción de libertad de conciencia, incluso si se mantiene, será cada vez más difícil»
Los obispos, tras indicar que el estado de derecho debe garantizar «la protección de la dignidad humana y la integridad física de todos», preguntan: «¿No debe ser igual para toda vida humana antes de nacer? ¿Por qué pretender que aún no es vida? ¿Dónde está el límite? ¿Por qué precisamente ese límite? ¿Por qué estas cuestiones se debaten tan raramente, si es que alguna vez se debaten?»-
Los prelados aseguran que el tema del aborto afecta a toda la sociedad y no se puede abordar tan «rápidamente y sin un debate de fondo».
Comunicado íntegro de la Conferencia Episcopal de Bélgica (en francés)