(America/InfoCatólica) «Creo que el sacerdote tenía un buen argumento», dijo el cardenal Dolan a Fox News. «Usted está públicamente en desacuerdo en una cuestión sustancial, críticamente sustancial. Estamos hablando de la vida y la muerte en la iglesia. Usted personalmente, por integridad, no debe acercarse a la Sagrada Comunión, porque eso implica que está en comunión con todas las creencias de la iglesia».
El cardenal Dolan, sin embargo, aseguró que nunca ha negado la comunión a nadie, aunque señaló que ha mantenido conversaciones privadas con funcionarios públicos sobre sus posturas políticas.
«Mi trabajo es ayudar a las personas, con la clara enseñanza de la Iglesia, a tomar una decisión sobre el estado de su alma y las repercusiones de eso», dijo el cardenal.
El purpurado dijo que «admira» a los católicos que se abstienen de tomar la comunión si no están de acuerdo con la enseñanza de la iglesia sobre temas importantes. Pero también apuntó a la postura del apa Francisco y su acercamiento a la Eucaristía:
«Recordemos también al Papa Francisco: Yo personalmente no puedo juzgar nunca el estado del alma de una persona. Entonces, es difícil, eso es lo que estoy diciendo. No estoy allí como tribunal, como juez de la distribución de la Sagrada Comunión»
«Si solo los santos pudieran recibir la Sagrada Comunión, no tendríamos a nadie en la Misa, incluyéndome a mí», agregó.
Cardenal versus la doctrina de la Iglesia
Lo cierto es que la doctrina de la Iglesia sobre la recepción de la Eucaristía es clara. Por un lado, no pueden comulgar aquellos que están en pecado mortal. Por otro, tampoco pueden hacerlo aquellos que, sin entrar en la consideración de su condición interna -de internis neque eclesia-, de forma notoria y pública contradicen doctrinas esenciales de la Iglesia, causando escándalo en los fieles.
Así lo indicó en el año 2004 el entonces cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, en una carta dirigida a los obispos católicos de EE. UU., entre los que ya se encontraba Dolan, explicando la aplicación de la Ley Canónica 915 en cuanto la recepción de la Sagrada Comunión.
El caso de un «político católico» que está «constantemente haciendo campaña y votando a favor del aborto y las leyes de eutanasia» constituiría una «cooperación formal» con un pecado grave que es «manifiesta», indicó Ratzinger.
En tales casos, «su párroco debe reunirse con él, instruirlo sobre las enseñanzas de la Iglesia, informarle que no debe presentarse a recibir la Sagrada Comunión hasta que ponga fin a la situación objetiva del pecado, y advertirle que de lo contrario le será negada la Eucaristía», escribió Benedicto XVI siendo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Por tanto, no se trata de juzgar la culpa o no culpa del candidato Joe Biden, como dice el cardenal, sino de aplicar la norma que la propia Iglesia se ha dado para estos casos. Norma que el purpurado no cumple.