(Asia News/InfoCatólica) En cuanto a su viaje a Cuba, Kirill aseguró que «el culmen de la visita fue sin lugar a dudas mi encuentro con el Papa de Roma, Francisco: como dijera él entonces, nuestro encuentro se llevó a cabo en el lugar justo y en el momento justo. Cuba ofreció sus condiciones ideales para semejante encuentro histórico, que jamás se había dado antes. En una atmósfera absolutamente neutral, en el aeropuerto de La Habana, pudimos conversar durante dos horas en un clima de verdadera fraternidad. Afrontamos cuestiones muy importantes, haciendo que se afirmara la expresión «genocidio de los cristianos» para referirse a tantas persecuciones en curso, sobre todo en África, y muchas más. En Occidente tenían miedo de usar este término, pero después del encuentro con Francisco, hasta el Congreso de los EEUU comenzó a usarlo regularmente».
El patriarca aludió a la lucha contra el terrorismo, y luego a la situación vigente en Ucrania; «Nuestro llamamiento en común ha sido muy importante para Ucrania, invitando juntos a la concordia social y a la pacificación. El Papa de Roma y el patriarca de Moscú han declarado de modo inequívoco una posición común respecto la crisis ucraniana: la participación de la Iglesia en acontecimientos de este tipo no debe agudizar las contraposiciones entre las personas».
Sin embargo, según Kirill, la línea que comparten ambos líderes religiosos no fue seguida por los «greco-católicos de Ucrania», agregando que ellos «no solo participan en el conflicto social, sino que además, en gran parte, son los inspiradores. Pienso que no solo nosotros tenemos problemas con los greco-católicos, sino que el mismo Papa Francisco debe tener dificultades con ellos, porque no logra gobernar a este grupo de personas y condicionar sus acciones que, al contrario, se ven reforzadas por la protección de Roma».