(Crux/InfoCatólica) Según el obispo emérito de la Prelatura de Marajó (Brasil), el Instrumentum Laboris excluyó a Cristo crucificado al tratar temas centrales como la creación, la interculturalidad, el diálogo pastoral y la esperanza.
«Es una ausencia preocupante, pastoral y eclesialmente cobarde, postrada ante el secularismo dominante y con consecuencias para el corazón de la Iglesia y del sínodo», le dijo a Crux.
Mons. Azcona asegura que no está contra el sínodo, sólo contra el Instrumentum Laboris y su crítica «no afecta al Papa».
«Por el contrario, hago explícitamente citas del Santo Padre que se oponen directamente al Instrumentum Laboris y acuso a dicho documento de no haber asimilado en sus principales afirmaciones la encíclica Laudato Si».
Azcona dijo que en el documento de trabajo se pierde el significado principal del concepto de «conversión ecológica», distorsionando su sentido y se desvía a aspectos que son importantes, pero no esenciales en la concepción y realidad de dicha conversión.
«Esto es igualmente válido para el deficiente uso de la noción de ecología integral», añadió.
Pelagianismo
El prelado dijo que muchas páginas del Instrumentum Laboris están contaminadas de pelagianismo, la herejía cristiana combatida por San Agustín por minimizar el papel de la gracia divina en la salvación, y también de gnosticismo.
«Esto no está presente en el magisterio del Papa Francisco» dijo, mencionando los documentos del Pontífice «Evangelii Gaudium» y «Gaudete et exultate».
«En este sentido y en muchos otros aspectos, el texto del Instrumentum Laboris es débil, inconsistente, y un testimonio de una forma única de pensar, y por lo tanto peligrosa para la libertad de pensamiento en la Iglesia y en particular en la Amazonia».
Los duros comentarios de Mons. Azcona son una rara expresión de crítica al sínodo en la iglesia brasileña, donde no ha tenido lugar ningún debate real desde que fueran publicados los documentos preparatorios para la cumbre de obispos.
Aunque la Sociedad para la Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad (TFP) radicada en Brasil y de derechas, ha hecho una fuerte campaña en contra del sínodo, los críticos más prominentes en el país son miembros de la administración de Bolsonaro.
El gobierno dice que está «monitorizando» la reunión del Vaticano, para asegurarse de que no se viola la soberanía de Brasil, que se extiende casi al 60% de la región amazónica.
Una historia publicada por el diario brasileño «O Estado de Sâo Paulo» contaba que la administración de Bolsonaro consideraba que la Iglesia brasileña era parte de la oposición de izquierda.
En ese sentido Mons. Azcona acusó a Bolsonaro y a sus ayudantes de «Josefinismo», refieriéndose al emperador austriaco José II del s. XVIII, que pretendió subordinar la Iglesia al Estado.
«El presidente olvida que la iglesia tiene el poder divino, que no le es concedido por el poder civil ni es dependiente de éste, para predicar el Evangelio con todas sus consecuencias a la sociedad e incluso en la política», dijo el obispo.
Azcona dijo que los intentos del gobierno de «entrometerse en espacios ajenos a su competencia» provienen de un «inmovilismo anacrónico y evidente».
A pesar de la polarización tanto de la sociedad como de la Iglesia en Brasil, el obispo dijo que él no está en contra de Francisco, ni a favor de Bolsonaro.
Su única preocupación es el Instrumentum Laboris en sí mismo, que según él «hace que la evangelización del mundo sea irrealizable, porque no puede encarnar el evangelio de Cristo en la historia, las culturas, las naciones y las religiones actuales».
No me considero un «oponente» del Papa o del sínodo. Por el contrario, creo que el sínodo es una oportunidad singular en la historia de la Iglesia de tratar temas que nunca afectaron tanto a toda la humanidad. Es, por lo tanto, una ocasión única de anunciar el evangelio salvífico de Nuestro Señor Jesucristo, dijo el obispo.
Traducido por Ana María Rodríguez para InfoCatóica