(CNA/InfoCatólica) El pasado 25 de septiembre, los obispos alemanes reunidos en la Plenaria de su Conferencia Episcopal, aprobaron -con la oposición de 12 prelados- los estatutos para la asamblea sinodal.
Según CNA, fuentes del episcopado alemán han advertido que ni siquiera esos estatutos son definitivos, pues su texto, que aún no se ha publicado, se enviará al ZdK para su revisión y aprobación. De hecho, se dará oportunidad a los miembros del comité de laicos de que modifiquen el texto antes de votar para adoptar definitivamente los estatutos del «pseudo-sínodo».
Precisamente a principios de este año, los líderes de ZdK aseguraron a sus miembros que la participación de los grupos en el proceso sinodal se basaba en la garantía ofrecida por los obispos alemanes de que sus resoluciones serían «vinculantes».
Sin embargo, precisamente el papel del ZdK como parte esencial de la asamblea sinodal, prácticamente al nivel de los obispos, fue rechazado por la Congregación para los Obispos y la Pontificia Comisión para los Textos Legislativos, tal y como se indicaba en la carta que el Cardenal Ouellet envió al cardenal Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.
En dicha carta, además de recordar los principios establecidos por el papa Francisco en su misiva a los católicos alemanes del mes de junio, se advertía que el camino sinodal emprendido es eclesiológicamente inválido, lo cual no ha servido para que los planes de la Iglesia en Alemania, a pesar de las declaraciones pretendidamente conciliatorias del cardenal Marx, hayan variado sustancialmente.
Los líderes del ZdK tienen un historial de oposición frontal a la enseñanza y disciplina universales establecidas por la Iglesia. Son favorables a la ordenación de mujeres -a pesar de que la cuestión está zanjada de forma infalible por el Magisterio- y abogan por el cambio de la moral de la Iglesia sobre las relaciones homosexuales, pidiendo incluso la bendición eclesial de parejas del mismo sexo. Y como no podía ser de otra manera, también solicitan el fin del celibato sacerdotal.
Todo ello ha llevado a personalidades destacadas de la Iglesia en Alemania, y también de fuera del país germano, a advertir que se corre el riesgo de un cisma.
De hecho, Mons. Rudolph Voderholzer, obispo de Ratisbona, ha asegurado en relación a la deriva de la Asamblea Sinodal alemana, que él ha jurado proclamar y defender la fe católica y que, por tanto, si lo ve necesario, abandonará el sínodo.