(Cope) El principal desafío de la Iglesia en sus misiones es encontrar relevo de los 11.000 misioneros españoles repartidos por el mundo. Rondan una edad media de entre 73 y 75 años, y ese cambio generacional es vital para desarrollar su actividad evangelizadora.
Así lo han expuesto el arzobispo de Pamplona-Tudela y presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, Francisco Pérez, y el director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), José María Calderón, en la presentación del Congreso Nacional de Misiones que se celebra desde ayer jueves 19 de septiembre hasta el domingo.
Pese a que «el patrimonio histórico de la misión de España es impresionante», según Pérez, la realidad es que «no hay relevo» a sus 10.939 misioneros. No obstante, la Iglesia está constatando como ahora «vienen de aquellos lugares» de dónde la Iglesia iba antes «a anunciar el Evangelio».
También ocurre que, aunque la generosidad en nuestro país «es muy buena», se ha reducido; a ello se unen «nuevas realidades eclesiales que complementan el trabajo misionero. Estamos viendo como matrimonios con 5 ó 6 hijos salen a misionar».
Sobre este asunto, Calderón ha querido dejar claro este mensaje: «Me niego a aceptar que el laicado -que supone el 8 % del personal de las misiones con un total de 905 personas- supla al misionero. No es que no quiera que no vayan, todo lo contrario, pero sin suplir a nadie ni tratar de paliar la falta de vocaciones sacerdotales».
Los laicos, ha añadido, «cumplen una función vital para el trabajo misionero» y son un «precioso testimonio» de lo que hace la Iglesia.
Junto a la falta de relevo y a la disminución de fondos, Calderón ha apuntado que otro de los grandes desafíos a los que se enfrentan las misiones es el de la seguridad, como demuestra el asesinato de tres misioneros españoles en lo que llevamos de año.
Por todo ello, en el Congreso, en el que de momento figuran 380 inscritos van a tratar, a través de cinco grandes conferencias, once comunicaciones entre mañana y el sábado y tres mesas redondas, de dar a conocer «lo que los cristianos hacen para cambiar el mundo».