(Gaudium Press) El estado de Victoria en Australia aprobó una ley que impone a los sacerdotes la obligación civil de denunciar los delitos de abuso infantil conocidos durante el Sacramento de la Confesión. Esta disposición contradice de manera directa las estrictas normas de la Iglesia sobre el Sigilo Sacramental y amenaza a los sacerdotes con enfrentar penas de hasta 3 años de prisión.
«Lo más importante es enviar un mensaje de que la ley debe tomarse en serio, si las personas no la obedecen, las sanciones son muy significativas», indicó el Primer Ministro de Victoria, Daniel Andrews. Una ley similar fue aprobada en el estado australiano de Tasmania y, de manera similar a como lo ha anunciado repetidamente la Iglesia, el Arzobispo de Hobart, Mons. Julián Charles Porteous, advirtió que los sacerdote no pueden vulnerar el secreto de confesión a pesar de lo que determinen las normas civiles.
«Los sacerdotes y todos los que trabajan para la Iglesia entienden sus obligaciones ante la ley de informar sobre asuntos de abuso sexual infantil. Sin embargo, los sacerdotes no pueden cumplir con la ley que les exigiría violar su compromiso con la enseñanza constante de la Iglesia sobre la inviolabilidad del sello sacramental», indicó el Arzobispo en el mes de julio. «Como Arzobispo, es mi deber defender la enseñanza católica sobre este asunto».
El prelado advirtió que el estado podría argumentar cualquier género de motivos para indagar los contenidos de las confesiones de los ciudadanos, pero «la realidad es que los santos, como San Mateo Correa Magallanes y San Juan Nepomuceno, que dieron su vida defendiendo el sello del confesionario, sabían que no importaba la razón dada por el gobierno, no importa cuán nobles fueran sus intenciones, romper el sigilo del confesionario constituiría el fin del Sacramento».
Con información de CNA.