(WSJ/InfoCatólica) El déficit de la Santa Sede se duplicó en 2018 hasta aproximadamente 70 millones de euros, siendo el presupuesto total de 300 millones.
En su misiva al cardenal Marx, coordinador del Consejo del Vaticano para la Economía, el Papa le pide «que estudie todas las medidas que se consideren necesarias para salvaguardar el futuro económico de la Santa Sede y asegúrese que se ponen en práctica como lo antes posible», El pontífice reclama al purpurado que «informe a los responsables de los departamentos (ndr: dicasterios y pontificos consejos) sobre la gravedad de la situación» para encontrar remedios de forma inmediata.
El cardenal Marx ha convocado a los jefes de departamentos para una reunión extraordinaria que tendrá lugar el 20 de septiembre, para abordar la cuestión.
Según WSJ, funcionarios vaticanos llevan años quejándose de la falta de control sobre gastos e ingresos. Hay empleos redundantes, adquisiciones que suponen un despilfarro, flota de coches excesiva y dejación en la explotación -no se cobran alquileres- de los inmuebles propiedad de la Santa Sede en Roma.
Dichos funcionarios advierten que si nada cambia se pondrá en peligro la conservación del patrimonio artístico del Vaticano, la financiación de viajes del Papa, así como las pensiones de los trabajadores