(ACI Prensa) La propuesta fue entregada por los profesores Juan José Pérez-Soba, Stephan Kampowski, Alexandra Diriart y José Granados, vicepresidente del Instituto, en una carta con fecha 27 de agosto enviada al Gran Canciller de la casa de estudios, Mons. Vincenzo Paglia. Los expertos brindaron al Grupo ACI el contenido de la misiva este 3 de septiembre.
La propuesta consiste en mantener la cátedra de teología moral fundamental con el profesor Livio Melina, expresidente de la casa de estudios; y mantener también al P. José Noriega, conocido por su línea favorable a las encíclicas Humanae vitae de San Pablo VI y Veritatis splendor de San Juan Pablo II.
Los expertos también sugieren crear una segunda cátedra de teología moral, que sería teología moral del acompañamiento, para insertar en ella la propuesta pastoral de la exhortación apostólica Amoris laetitia del Papa Francisco.
En los últimos meses el Instituto ha recibido una ola de críticas por los nuevos estatutos que establecen, entre otras cosas, que el desarrollo del currículo y las contrataciones de nuevos profesores estén bajo el control absoluto del Gran Canciller, Mons. Vincenzo Paglia, cuando antes había una mayor participación de los docentes para garantizar su idoneidad. Las reacciones también se han centrado en la decisión del Instituto de ya no contar con Livio Melina y José Noriega.
En su carta, los profesores afirman que «grande fue nuestra sorpresa cuando vimos que, en la aprobación de los nuevos estatutos, la efectiva interpretación del motu proprio» Summa Familiae Cura, con el que el Papa Francisco inició la refundación del Instituto en 2017, resultaba «contraria a la que continuamente se nos había ofrecido».
«En vez de eso pudimos constatar que el motu proprio fue usado como excusa legal para hacer cambios al interior del Instituto sin respetar el paso, normal en una institución académica, a través del diálogo con el cuerpo docente. De este modo se nos privó de dos de nuestros docentes ordinarios en sus cátedras, hecho inaudito en el mundo universitario», lamentan.
Por ello y ante la «difícil situación» y el «impasse» en el Instituto, los 4 profesores alertan que «la eliminación de la teología moral fundamental y de la visión integral que ella permite, no solo niega el propósito de continuidad con la inspiración presente del Instituto, sino que tampoco honra la novedad que se quiere imprimir a su recorrido».
Los expertos explican que «de acuerdo a nuestra propuesta habría una cátedra de moral fundamental, que ha funcionado hasta ahora al interior del Instituto, y luego otra cátedra de teología moral del acompañamiento, que podría reflexionar en la propuesta pastoral de Amoris laetitia para poder conducir al sujeto hodierno a una vida según el Evangelio».
«Pensamos que la presencia de ambas cátedras sería mutuamente enriquecedora. Así se continuaría la reflexión en el Instituto sobre la moral fundamental, custodiando y profundizando la enseñanza de Veritatis splendor, restableciendo al profesor Melina en su cátedra», mientras que «la nueva cátedra ayudaría a esta reflexión para no olvidar las situaciones difíciles de nuestro tiempo, una sensibilidad que ya estaba presente en la enseñanza de la moral fundamental del Instituto», destacan.
Además, explican los expertos, «el diálogo con la cátedra del sacramento del matrimonio ayudaría a mostrar cómo los temas suscitados por Amoris laetitia no tienen que ver solo con la acción moral, sino que también tocan los fundamentos de la vida común, visible y encarnada, de la Iglesia».
En resumen, indican, «la existencia de las dos cátedras expresaría a nivel académico la novedad en la continuidad, según un verdadero desarrollo de la doctrina, evitando ‘cambios de paradigma’ radicales y contrarios a la lógica de la fe».
La propuesta «nos parece que está de acuerdo con la intención profunda y la carta misma del motu proprio del Papa Francisco y con su deseo de cultivar la iluminadora inspiración de San Juan Pablo II», afirman.
Asimismo, señalan que la propuesta «debe ir necesariamente unida al restablecimiento en su cátedra del profesor José Noriega. Su servicio al Instituto durante más de 18 años ha sido un enriquecimiento precioso, reconocidos por colegas internos y externos».
Considerando que la propuesta que hacen implica que la Congregación para la Educación Católica revise a profundidad los estatutos, los profesores sugieren una «solución operativa» que puede hacerse rápidamente.
«Que el profesor Noriega reasuma la cátedra de teología moral del matrimonio y la familia; y que se le asigne la cátedra de bioética al profesor Melina, ampliamente calificado para tal tarea», señalan.
Para concluir, los expertos expresan su esperanza de que la propuesta sea aceptada para que el «Instituto Juan Pablo II tenga la posibilidad de seguir desarrollando su misión con la excelencia que ha demostrado hasta ahora».