(Cope) El lugar fue antiguamente un dinámico centro urbano que en la época dorada del Imperio Bizantino contó con unos 4.000 habitantes y se convirtió «en la ciudad cristiana más importante de Galilea», explica a Efe Michael Eisenberg, arqueólogo de la Universidad de Haifa y director de excavación del yacimiento, situado muy cerca del territorio sirio de los Altos del Golán, ocupado por Israel.
Hipos (Susita, en arameo o hebreo), que se fundó el siglo II a C y fue inicialmente una urbe pagana, albergó en su momento álgido siete iglesias que fueron testigo de la prosperidad de sus habitantes.
Trabajaban en la agricultura y las labores del mar, tenían el griego como lengua franca y formaban parte de un arzobispado del que hay referencias desde el año 359, un elemento que demuestra que en la ciudad imperó el culto cristiano desde tiempos tempranos, y también acogió una pequeña comunidad judía.
En el suelo de uno de los templos excavados, que los arqueólogos llaman «la iglesia quemada», se descubrió este verano un mosaico tapado por la caída del techo del edificio y las cenizas del incendio que lo destruyó, provocado probablemente por tropas del Imperio sasánida, que conquistaron la región a principios del siglo VII.
El mosaico
Durante las excavaciones la pieza fue hallada en buen estado de conservación, desvelando «bonitas y sencillas decoraciones» que dan detalles sobre el simbolismo religioso de la época.
Algunos de los elementos de decoración del mosaico son canastas de pan y pescado que, «junto con la ubicación de la iglesia, con vistas al Mar de Galilea», conectan la obra de arte y las creencias de los feligreses locales con el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, que el Nuevo Testamento atribuye a Jesucristo y que, remarca Eisenberg, ocurrió en dos ocasiones.
Los autores del mosaico, en el que también aparecen inscripciones en griego, buscaron realizar una obra elaborada «con un presupuesto bastante bajo», señala Eisenberg, que destaca que entre sus representaciones hay figuras de aves, peces y frutas, dejando su superficie casi sin espacios vacíos.
La Iglesia de Tabgha, situada en el norte del Mar de Galilea -también llamado Lago Tiberiades- y en su orilla occidental, opuesta a la de Hipos, es el lugar donde la tradición cristiana señala el punto en el que Jesús multiplicó cinco panes y dos peces para repartir entre la multitud que le seguía, y es hoy uno de los lugares más visitados por los peregrinos cristianos.
«La comunidad local era conocedora del milagro de los panes y los peces, y tal vez conocía su ubicación aproximada», agrega el experto, que considera que los creadores del mosaico «quisieron crear la conexión con un milagro que no sucedió lejos» del lugar.
Aún así, asegura Eisenberg, todavía hace falta excavar y limpiar un veinte por ciento restante del mosaico, un proceso que podrá dar más información sobre los primeros cristianos que habitaron esta antigua urbe, que quedó definitivamente destruida por un terremoto el año 749.
Para garantizar su protección, el mosaico permanecerá cubierto hasta el año que viene, cuando se retomará su excavación con el objetivo de obtener más detalles y arrojar luz sobre el milagro de la multiplicación.