(Aica) El cardenal indicó que «en este día en que celebramos la vida junto a San Ramón quiero hablarles del amor de Dios, y quiero hablarles con las palabras de papa Francisco. Ustedes saben que el estuvo varias veces aquí. Le gustaba venir también a San Ramón, como a todos los santuarios. Y entonces, todos los que lo escucharon aquí lo recuerdan con mucho cariño».
El purpurado porteño citó la exhortación postsinodal «Vive Cristo», en la que el pontífice dice que «hay una verdad muy grande que no podemos desconocer. Y la primera verdad del cristiano que celebra la vida es esta: Dios es amor y te ama. Dios te ama».
«En cualquier circunstancia de la vida. Donde te encuentres. Esperando al hijo que todavía no viene, ya embarazada y con el temor de tenerlo, ante las enfermedades de los hijos. Recuerden que Dios nos ama. Que Él siempre quiere la vida», sostuvo.
El primado argentino invitó a confiar en el amor a Dios, al subrayar:
«Su amor, el amor por la vida de cada uno de nosotros, el amor que estás engendrando, el amor de la vida que estás esperando es incondicional, gratuito. Y tampoco lo podemos decir así, es porque hemos hecho algo para merecerlo. Es el amor del Señor un amor de todos los días. Discreto y respetuoso. Amor de libertad y para la libertad. Amor que cura y que levanta».
«Es el amor del Señor que sabe más de levantadas que de caídas, de reconciliación que de prohibición, de dar nueva oportunidad que de condenar, de futuro que de pasado. ¿Por qué? Sencillamente porque Dios nos ama. Dios te ama», sostuvo.
El cardenal Poli pidió recordar que «la vida siempre vale la pena. Toda vida vale. Porque es de Dios. Porque es un milagro. Porque es un acontecimiento de su misericordia, su amor. Porque la Virgen dijo sí, entró la vida a este mundo. El quiso ser uno de tantos, y entonces nos enseñó no solamente el misterio de la vida sino el camino de la vida».
«El camino de la vida comienza en la concepción y termina cuando Dios quiere. Pero no termina nunca. Estamos con Dios. Por eso hoy celebrando esta gracia que Dios nos regala en San Ramón vamos a decirle sí siempre a la vida. Porque la vida se espera con amor», afirmó.
«¿De qué amor hablamos? Del amor infinito de Dios que se reparte en el corazón de sus hijos y sus hijas. Porque el deseo de todo cristiano y de toda cristiana es amar como Dios nos ama. Devolverle un cachito apenas, un poquito de ese infinito amor que Dios nos tiene a cada uno de nosotros», concluyó.
El lema de la fiesta de este año fue «Junto a San Ramón celebramos la vida» y durante todo el día hubo bendiciones a embarazadas, a niños y a quienes anhelan tener un hijo. También hubo bendición de las manos de obstetras y parteras en su día.