(Abc/InfoCatólica) «Es, ante todo, un hombre de Iglesia, un respetable seglar católico muy comprometido en la Diócesis de Guantánamo-Baracoa, tanto en la Pastoral Familiar -ejerce junto a su mujer, Ana Rosa Castro Bertrán, de consejero matrimonial- como en la Penitenciaria», según declara a ABC el pastor bautista Mario Félix Lleonart Barroso, hoy exiliado en Maryland y miembro del jurado que ha otorgado a Roberto de Jesús Quiñones Haces el sexto Premio Patmos a la Libertad Religiosa, honor en el que sucede al doctor Eduardo Cardet, coordinador del Movimiento Cristiano Liberación, fundado por Oswaldo Payá.
Condenado y a punto de ingresar en prisión
El motivo inmediato de la concesión ha sido la condena, fallada el 7 de agosto y ratificada hace tres días por el Tribunal Provincial de Guantánamo, en Cuba, a un año de prisión en régimen de trabajo correccional con internamiento y que empezará a cumplir con carácter inmediato. Concretamente, según ha podido saber InfoCatólica, tiene hasta el día 12 de septiembre para ingresar voluntariamente en la Prisión Provincial de Guantánamo.
Los hechos que la han motivado se remontan al pasado 22 de abril cuando Quiñones acudió a cubrir, por cuenta de una publicación independiente, el juicio a los pastores evangélicos Ramón Rigal y Ayda Expósito, procesados por educar a sus hijos de acuerdo según el sistema «homeschooling» (educación a domicilio). Según señala Lleonart, «la policía se llevó a Quiñones a golpes con su guayabera ensangrentada». Su caso ha trascendido el ámbito cubano: baste decir que el mismísimo secretario de Estado norteamericano pidió al Gobierno cubano la liberación inmediata de Quiñones.
Asimismo, el Patmos de este año corona una trayectoria de compromiso por las libertades en Cuba que cuenta con una primera condena de más de cuatro años entre barrotes, que cumplió entre 1999 y 2003 y que seguía a la prohibición por parte del régimen de ejercer su profesión de abogado.
Tampoco se puede desligar la figura de Quiñones de su obra literaria: ha escrito poemarios como «La fuga del ciervo», «Escrito desde la cárcel», «Los apriscos del alba» y «El agua de la vida», y se le ha incluido en antologías como En esta cárcel de aire puro, de décima cubana,y la del Premio Internacional de Poesía Nósside en 2006. Ocho años más tarde, en 2014, se publicó en Miami su libro de cuentos La chica de nombre eslavo.