(Asia News/InfoCatólica) Ravi Sneviratne ha revelado que por el momento la investigación no ha sacado a la luz la existencia de «lazos directos» con el Califato. La masacre perpetrada en tres iglesias y en tres hoteles de lujo de la capital costó la vida de 263 personas y provocó más de 600 heridos, en su mayoría, fieles cristianos.
Dos días después de los atentados, los militantes del ISIS difundieron un video, reivindicando los ataques a través de la agencia Amaq, el órgano oficial del grupo. Sin embargo, las autoridades de Colombo siempre sostuvieron que la responsabilidad fue de dos grupos islámicos locales (el National Thowheed Jamath y el Jamaat-ul-Mujahideen) que mantenían presuntos lazos con potencias extranjeras.
Según el funcionario policial, si bien no hay vínculos evidentes con el Califato, «aquellos que llevaron adelante los atentados sí difundieron la ideología del Estado Islámico, de modo que se puede decir que los atentados fueron inspirados por el EI».
Tras las masacres salió a la luz la presencia de varios grupos conectados con el islam radical, localizados fundamentalmente en el área de Batticaloa, localidad donde fue atacada una de las tres iglesias arrasadas, la Zion Church (evangélica protestante).
El radicalismo presente en la isla se remonta, sobre todo, a la corriente Wahabita, gracias a los predicadores provenientes de Arabia Saudita y al importante financiamiento de dicho país para la construcción de mezquitas y madrasas. La proliferación de lugares de culto islámicos también se ha visto favorecida por la connivencia del gobierno, que depende, en parte, del electorado musulmán y de los diputados de religión islámica. Recientemente, la opinión pública lanzó una crítica feroz por esta cuestión, impulsando a una presentación masiva de renuncias.
Por su parte, la comunidad islámica de Sri Lanka ha admitido sus fallos en más de una ocasión, y ha prometido controlar la difusión de las ideas extremistas, sobre todo entre los jóvenes. La Iglesia católica de la isla, y en particular el Card. Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, ha condenado las masacres y el silencio de las potencias occidentales que apoyan a los países patrocinadores del terrorismo. Al mismo tiempo, el cardenal ha subrayado que «la culpa no es de las religiones», por tanto, la responsabilidad sobre el gesto de los extremistas no puede recaer sobre todos los que profesan la misma fe.