(ABC) El Ayuntamiento de Barcelona ha entregado este miércoles la licencia de obras al templo de la Sagrada Familia, después de más de 130 años sin tener regularizada su construcción, y por ello ha ingresado 4,6 millones de euros en concepto de impuestos y tasas.
La teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha celebrado en una rueda de prensa que, «después de más de cien años, el proyecto de la Sagrada Familia se está realizando correctamente», y ha subrayado que tras esta regularización el consistorio «pone orden, de forma conjunta y coparticipada con el templo, a uno de los espacios más reconocidos y queridos de la ciudad».
Tras firmar el permiso de obras, Sanz ha informado de que el consistorio ya ha ingresado los 4,6 millones de euros provenientes de la Sagrada Familia, correspondientes al Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y a la tasa de la misma licencia, lo que supone «la cifra más alta que se ha abonado nunca a la ciudad por este concepto».
La licencia establece una superficie construida de 41.000 metros cuadrados, con una altura máxima de 170 metros, y define los usos religiosos y culturales del equipamiento. «Barcelona es una ciudad sin privilegios, así que la Sagrada Familia también se ha responsabilizado de mejorar el bienestar de las vecinas y vecinos», ha destacado Sanz.
En octubre de 2018, la Sagrada Familia ya acordó con el consistorio aportar 36 millones de euros los próximos diez años para sufragar los gastos municipales que genera su actividad, desgranados en 22 millones de ayuda al transporte público, 7 millones para construir un nuevo acceso directo desde el metro, cuatro millones destinados al entorno urbano y tres para el mantenimiento del espacio público.
El presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Esteve Camps, se ha comprometido a finalizar la verticalidad de la obra en 2026, dado que «de momento se están cumpliendo todos los plazos». Camps ha destacado la «voluntad de acuerdo» de todas las partes para conseguir el permiso de obras, tras empezar en 2016 con «posiciones totalmente enfrentadas», y se ha mostrado «ilusionado» para encarar la siguiente etapa de negociación «con espíritu negociador y de mutua comprensión».
Así, a partir de septiembre, el Ayuntamiento y la Junta Constructora se han emplazado a seguir hablando sobre la finalización de la emblemática obra de Gaudí, con posibles obstáculos en relación a la fachada de La Gloria, cuya escalinata y otros elementos arquitectónicos afectarían, previsiblemente, a la manzana de viviendas de la calle Mallorca.
Por su parte, el portavoz de la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia, Joan Itxaso, ha anunciado en declaraciones a EFE que los vecinos han presentado un recurso contra la concesión de la licencia municipal, al constatar que las alegaciones presentadas «no han sido tenidas en cuenta».