(Agencia SIC) El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida dio a conocer este viernes, 17 de mayo a través de un Comunicado, el tema elegido por el papa Francisco para el próximo Encuentro Mundial de las Familias (EMF), que tendrá lugar en Roma del 23 al 27 de junio de 2021: «El amor familiar: vocación y camino de santidad».
Destacar la importancia del amor familiar
«En el quinto aniversario de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia y 3 años desde la promulgación de Gaudete et Exsultate – se lee en el Comunicado de este Dicasterio explicando el objetivo del EMF – el Encuentro quiere destacar la importancia del amor familiar como vocación y camino de santidad, para comprender y compartir el sentido profundo y salvífico de las relaciones familiares en la vida cotidiana». Para ello, el Encuentro Mundial de las Familias se propone releer la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia a la luz de la llamada a la santidad de Gaudete et Exsultate.
El don precioso del vivir juntos
Asimismo, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida señala que, «el amor conyugal y familiar manifiesta, de hecho, el don precioso del vivir juntos, alimentando la comunión y previniendo la cultura del individualismo, el consumo y el descarte: La experiencia estética del amor – se lee en la nota citando Amoris Laetitia, 128 – se expresa en esa mirada que contempla al otro como un fin en sí mismo» y, al mismo tiempo, reconoce a la otra persona en su sagrada identidad familiar, como marido, mujer, padre, madre, hijo, hija, abuelo, abuela.
La vida familiar es vocación y camino de santidad
Finalmente, se señala que, al dar forma a la experiencia concreta del amor, el matrimonio y la familia manifiestan el alto valor de las relaciones humanas, en el compartir las alegrías y las penas, en el desarrollo de la vida cotidiana, orientando a las personas hacia el encuentro con Dios. «Este camino – precisa el Comunicado del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida – cuando es vivido en fidelidad y perseverancia, refuerza el amor y realiza la vocación a la santidad, que es inherente a cada persona y se concretiza en las relaciones conyugales y familiares». En este sentido, concluye la nota citando Gaudete et Exsultate 9, la vida familiar cristiana es vocación y camino de santidad, expresión «del rostro más bello de la Iglesia».