(Fides) «La Iglesia está seriamente preocupada por las noticias de venganza y represalias contra ciudadanos musulmanes, refugiados y solicitantes de asilo en Sri Lanka. Muchos han huido de la persecución en sus tierras y ahora están siendo atacados. Se informó de unos 900 casos y unas 150 personas tuvieron que buscar refugio en comisarías de policía. El terrorismo quiere alimentar el odio y sembrar la discordia en oposición al amor y la fraternidad, la paz y la armonía. «¿Hay alguna diferencia entre nosotros y los terroristas si atacamos a personas inocentes solo por odio a la diversidad?»
Es lo que recoge una nota oficial del Presidente de la Federación de Conferencias de Episcopales de Asia (FABC), el cardenal Charles Maung Bo, obispo de Yangon (Myanmar), hablando sobre la situación en Sri Lanka tras los ataques de Pascua.
«En nombre de la Federación de Conferencias de Obispos Asiáticos y de la Iglesia en Myanmar, condenamos inequívocamente los horribles ataques suicidas contra civiles desarmados en iglesias y hoteles el domingo de Pascua, 21 Abril de 2019, en Sri Lanka. Muchos han sido atacados mientras celebraban los momentos más alegres del calendario cristiano: la victoria de la vida sobre la muerte en la Resurrección de Cristo. Por desgracia, aquellos que intentan promover la discordia y el odio se emplearon a fondo ese día sembrando muerte y destruyendo vidas preciosas», asegura la declaración.
El cardenal señala: «Los cristianos y los musulmanes en Sri Lanka son minorías y han sufrido discriminación, intolerancia y persecución en el pasado. Volverse unos contra otros solo empeoraría la situación. La solidaridad debe prevalecer. Las acciones de un grupo pequeño, que representa una interpretación extremista de una religión no deben usarse para juzgar a toda esa comunidad de creyentes».
Por esta razón, los obispos asiáticos piden a los líderes religiosos «promover un sentido de solidaridad y reconstruir la confianza entre las comunidades», y a las autoridades de Sri Lanka «actuar para detener la incitación al odio y proteger a los más vulnerables. Ignorar este problema solo estimulará el resentimiento, que es exactamente el objetivo de ISIS».
El mensaje asegura «oraciones para que la curación física y emocional y para que el amor prevalezca. No permitamos que el odio se convierta en un referente en nuestras vidas. En cambio, que el amor mutuo reine». La Federación de Obispos Asiáticos reafirma su cercanía «a todos aquellos en Asia que sufren persecución y odio», oponiéndose, en nombre del Evangelio «a cualquier forma de intolerancia, odio, discriminación, violencia e injusticia».