(CH/InfoCatólica) El documento titulado «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? Elementos de la antropología católica», fue publicado el 23 de abril por la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Francesa. Está pensado para servir de marco a la discusión sobre las enseñanzas morales de la Iglesia y cómo se deberían aplicar a un sector más amplio de la sociedad.
En el prólogo del texto, el arzobispo de París, Michel Aupetit, dijo que la voz de la Iglesia y su sabiduría son esenciales para preservar la dignidad humana en la sociedad.
«A aquéllos que la ven desde fuera, la Iglesia en el mundo occidental parece una institución anticuada y sacudida por los escándalos», dijo Aupetit, mientras que nos advierte contra el 'mito del progreso' en la sociedad occidental «que se invoca sin saber exactamente a dónde conduce».
«Pero la Iglesia es hermosa, en la cara de sus santos, en el inmenso manto de ternura que extiende sobre el mundo, especialmente sobre los hombres más abandonados. Es la experta en humanidad porque su fe se basa en la alianza de Dios con su pueblo, consumada con la encarnación de Cristo y la salvación en la cruz, abierta a hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación».
El obispo de Blois, Jean-Pierre Batut, dijo, cuando se publicó el documento, que la discusión moral ha sido distorsionada por el relativismo, y que sin una comprensión de la común dignidad del género humano es imposible presentar las enseñanzas de la Iglesia en su plenitud.
«Hay una gran necesidad hoy, no de una discusión moral, sino de una que sea antropológica», dijo Batut.
El obispo, que escribió el epílogo del documento, dijo que la crisis espiritual de Francia, que se refleja en el declive de la asistencia a Misa y de las vocaciones al sacerdocio, tiene su raíz en la crisis «antropológica y de civilización» producida por la pérdida de la comprensión de la ley natural.
La ley natural debe ser entendida como el marco moral para toda la humanidad, escribieron los obispos, y no debe ser confundida con la «ley de la naturaleza» que colocaría al hombre al mismo nivel que los animales.
«Desde el punto de vista de los seres humanos, no hay necesidad de aprender si la monogamia o la homosexualidad existen entre los animales. Estos no entienden ni siquiera la prohibición del incesto», escribieron los obispos.
Chad Pecknold, profesor asociado de teología sistemática en la Universidad católica de América, dijo a la CNA que el concepto de ley natural es esencial para la dignidad humana.
«Los obispos franceses tienen razón cuando dicen que nuestras disputas morales necesitan cimentarse en premisas compartidas sobre la naturaleza humana», dijo Pecknold. «Necesitamos empezar con la comprensión del ser humano como criatura racional, relacional y religiosa hecha para la felicidad».
Pecknold también afirmó que los obispos franceses hacían bien evitando ser empujados hacia «discusiones moralizantes» sobre la naturaleza humana que, dijo, están «a menudo enraizadas en concepciones reduccionistas y materialistas del ser humano».
Los obispos franceses escribieron que la «ley natural es la ley de la naturaleza humana, que explica qué es lo que los seres humanos deben correctamente hacer para alcanzar la felicidad».
Esto, dijo Pecknold, era la distinción crucial que hay que hacer, ya que la verdadera felicidad viene de la libre elección de perseguir el bien a imitación de Dios.
«Si queremos proponer una verdadera comprensión de la ley natural como norma de la razón para el bien común y el florecimiento de los pueblos, tenemos trabajo que hacer para ayudar a nuestro prójimo a comprender la realidad de la persona humana creada a imagen de Dios para una felicidad mejor que la que proporciona el placer físico».
Traducido por Ana María Rodríguez