(Agencias/El País) El Gobierno del país del Índico aseguró esta mañana que estos ataques fueron una «represalia» por la matanza en dos mezquitas de Christchurch (Nueva Zelanda) el pasado 15 de marzo, según apuntan los primeros datos de la investigación, y atribuye la autoría directa de los atentados a dos grupos extremistas islamistas del país, National Thawheed Jamaat y Jammiyathul Millathu Ibrahim, con apoyo exterior.
Los ataques del domingo –una cadena de explosiones en cuatro hoteles de lujo y tres iglesias– presentaban algunos detalles propios del modus operandi del ISIS, pero hasta este martes la organización no había asumido la autoría. La ha hecho a través de su órgano de propaganda Amaq, que ha difundido un vídeo en el que se ve a ocho hombres –siete de ellos con el rostro tapado– jurando lealtad a Abubaker al Bagdadi, líder del ISIS. El Gobierno esrilanqués afirma que al menos siete terroristas suicidas estuvieron implicados en los atentados.
«Las investigaciones preliminares muestran que lo ocurrido en Sri Lanka fue en represalia por el ataque contra los musulmanes de Christchurch», ha declarado ante el Parlamento el ministro esrilanqués de Defensa, Ruwan Wijewardene, en referencia al ataque contra dos mezquitas de la ciudad del sur de Nueva Zelanda en el que murieron 50 personas a manos de un pistolero que reivindicaba la superioridad de la raza blanca. El ministro de Defensa no ha dado detalles sobre la conexión entre los dos ataques. Horas antes, fuentes oficiales informaban de que, entre los 40 detenidos para ser interrogados en relación con los ataques, se encuentra un ciudadano sirio. El FBI está ayudando al Gobierno de Sri Lanka en la investigación de los atentados.
La cifra de muertos se eleva ya a 321, según el último recuento de las autoridades locales. La ONU ha anunciado que, entre los muertos, hay al menos 45 niños y adolescentes, entre ellos un bebé de 18 meses.