(El País/InfoCatólica) Hidalgo, natural de San Fernando (Cádiz, España) explica al periódico El País que estaba en su despacho «cuando vimos los primeros humos»
De aquella noche, dice, recuerda la angustia, las lágrimas contenidas, la impotencia, «aunque los bomberos estaban ahí, y cuando los bomberos de París llegan, sabemos que todo estará bajo control».
Una vez se trasladó a las inmediaciones de la Catedral, junto a ella estaban el presidente Emmanuel Macron, el primer ministro Édouard Philippe, el arzobispo de París, Mons. Michel Aupetit, y el rector de la catedral, Patrick Chauvet. También el general de los bomberos, Jean-Claude Gallet. La alcaldesa explica la actuación de los bomberos:
«El general dijo que, para salvar las torres, había que intervenir y hacer subir a diez hombres, con un riesgo consentido. Es decir, diez hombres que no sabíamos si volverían a bajar. Fue un momento… Nadie habla, todos confiamos en él. Todos recordaremos este momento: su rostro y el rostro de todos nosotros, en una especie de recogimiento. Después se dirigieron a la plaza frente a la catedral. Les llegaban las imágenes aéreas de los drones, una ayuda valiosa en la operación. En la pantalla los bomberos eran lucecitas que se movían por la torre mientras intentaban salvarla de las llamas. Era extremadamente peligroso. Pero entraron. Y ganaron».
Preguntada si pudo haberse evitado el incendio, responde:
«Es demasiado temprano para decirlo. Lo que es cierto es que conocemos la vulnerabilidad de este tipo de edificios, y evidentemente se toma en serio. También sabemos que estos edificios son vulnerables, en general, cuando hay obras».
En cuanto a su reconstrucción, Macron ha fijado un plazo de cinco años. ¿Suficiente pasa Anne Hidalgo?
«Pienso que sí, sin duda. Con frecuencia, en este tipo de situaciones, lo que es muy difícil es recaudar fondos y disponer de los medios para la reconstrucción»
Precisamente hace unos años se firmó una acuerdo entre la ciudad de París, Notre Dame y el Estado francés, que es propietario de la catedral, para levantar fondos para renovarla. Las obras empezaron con 6 millones, aportadas a partes iguales, muy lejos de los cerca de 900 millones recaudados tras el incendio. Hidalgo constata que «ahora la solidaridad nacional e internacional es tal, que pienso que no habrá problemas para poner en marcha la renovación».