(La Prensa) «Yo no he pedido salir, he sido llamado por el Santo Padre. Esta decisión de que yo abandone Nicaragua es una responsabilidad del Santo Padre», dijo Báez.
Mons. Báez, uno de los obispos más críticos del régimen orteguista, viajará después de las fiestas de Pascuas. Aún no se sabe cuánto tiempo estará fuera, sin embargo dijo que espera pronto estar de regreso en el país.
«Le manifiesto con toda sinceridad: en este momento experimento un gran dolor en mi corazón, el dolor de no poder estar físicamente en mi amado pueblo nicaragüense», le dijo Baéz al papa Francisco luego que le pidiera que dejara Nicaragua.
«No abandono al pueblo de Dios, donde vaya lo llevaré en mi corazón de pastor. No me voy a desatender de Nicaragua», dijo el obispo auxiliar de Managua, quien regresó la noche de este martes al país.
Plan para asesinarlo
El pasado 3 de abril la exembajadora de Estados Unidos, en Nicaragua, Laura Dogu dijo que había un plan para asesinar al obispo auxiliar.
Mons. Báez aseguró que sí existía dicho plan:
«Yo recibí una llamada a las 11 de la noche, ya estaba en la cama y me dijeron que tenían plena certeza de que había un plan para asesinarme. Me dijeron donde podía ser, como andaban vestidos y que tomara mis precauciones. Es verdad que la embajada de los Estados Unidos me lo comunicó. Con un nivel de alta certeza, yo se lo comuniqué al cardenal y a la Conferencia Episcopal».
Monseñor Báez se reunió el pasado 4 de abril con el papa Francisco en el Palacio Apostólico, en Roma. Aunque no se divulgó los temas de la audiencia privada, fuentes de la Iglesia católica dijeron a La Prensa que la situación de la crisis sociopolítica que existe en Nicaragua fue el centro de la conversación.
Campaña de desprestigio
Los simpatizantes orteguistas mantienen una campaña de desprestigio y odio contra el obispo católico, uno de los más críticos del régimen. Esa campaña incluyó obligar a los empleados públicos a firmar una carta dirigida al Papa pidiéndole remover de sus funciones a Báez de la Archidiócesis de Managua.